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Equivalente a mucho ruido y pocas nueces

Más producción que trabajo actoral en: “Odio a los putos Mexicanos”

Buena música y escenografía, pero el desperdicio de actuación no es para enorgullecer a nadie No consiguen sacar aún del letargo a la Organización Teatral de la UV

Henry Stanislavsky Xalapa, Ver. 19/02/2007

alcalorpolitico.com

La Organización Teatral de la Universidad Veracruzana, presentó el pasado viernes 15 de febrero la obra de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio: Odio a lo putos mexicanos, en la sala chica del Teatro del Estado, dirigida por dos de las actrices integrantes de este colectivo teatral institucional: Alba Domínguez y Miriam Cházaro, ambas con una larga trayectoria dentro de la agrupación, ambas actrices experimentadas y al parecer ambas también con poca experiencia como directoras, lo cual se hace notar en el montaje y es que la obra de Ortiz Monasterio presenta como un rollings gag que comienza rodar desde el mismo título y que continúa rodando durante toda la obra sin llegar a destino alguno.

Con un estilo que pretende ser subversivo y al mismo tiempo analítico, la obra de Ortiz Monasterio nos hace extrañar el estilo fresco e innovador de Gerardo Mancebo y Castillo, hasta ahora nunca igualado por ningún dramaturgo contemporáneo mexicano. En el texto también se puede apreciar una aspiración Ibarguengoitiana que desafortunadamente queda sólo en eso.

Dentro de lo destacado del montaje se puede mencionar la excelente musicalización hecha por las directoras que remite al sur de Estados Unidos.

En cuanto al trabajo actoral, es de destacar la medianía de los intérpretes, sólo perturbados por el sobrio trabajo de Héctor Moraz y la divertida imagen de Carlos Ortega volando en un ovni, burlándose de lo sureños protagonistas.

Quizá debamos esperar una obra más ad hoc para apreciar el trabajo de las directoras Domínguez y Cházaro, con una “puesta” que consiga sacar de su letargo artístico a los actores de la Orteuv pues hace un buen rato, (desde la época de Raúl Zermeño) que el público la merece.