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Mujer desesperada por situación de injusticia, se desnuda en Palacio de Gobierno

- Asociada con su esposo, la despojó de todos sus bienes y ninguna autoridad ha respondido a sus reclamos - Gritó que a ver si así le hacían caso; la metieron al despacho de Reynaldo Escobar para revisar su caso - Patricia Romero, empleada de Sefiplan, se enteró que la encarcelarán, acusada de difamación

Alicia Aguilar Guevara Xalapa, Ver. 25/05/2009

alcalorpolitico.com

Alrededor de las 10:00 horas, sorpresivamente Patricia Romero García, trabajadora de la Secretaría de Finanzas, arribó al “Lunes de Puertas Abiertas” en palacio de gobierno, donde sin más, ante la mirada incrédula de funcionarios encargados, se despojó de su atuendo para quedarse en ropa interior, impulsada por la desesperación y el temor de su inminente privación de la libertad a causa de un denuncia en su contra.

Enfundada en una sugestiva lencería roja, Patricia se manifestó creativamente. No recurrió a las marchas ni a las mantas con leyendas de inconformidad; ni a las huelgas de hambre o la inmolación para llamar la atención de las autoridades. Simplemente se encueró.

Pero Patricia se desnudó con dignidad. No como las damas de los 400 Pueblos. Ella se arregló el pelo y se lo alisó; maquilló su cara y se puso una máscara en las pestañas que le hicieron resaltar su ojos. Su boca la pintó con rojo carmín y se puso un collar de perlitas blancas. El coordinado de encaje también en combinación con el lipstick y, las zapatillas negras, con su pelo. El detalle: una fina pulsera en el tobillo derecho. Todo un exquisito atuendo preparado para las cámaras.

Ahí, de frente al mostrador del funcionario encargado, Patricia alzó la voz para denunciar la injusticia de su esposo en contra. La prensa no tardó mucho. De inmediato el pasillo de palacio, afuera de las oficinas del Secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, se abarrotó. Los flashazos y cámaras de video y, las de teléfonos celulares, entraron en acción.

Patricia, por supuesto totalmente alterada, contó el motivo de su singular manifestación: la injusticia ante una demanda por difamación interpuesta por su ex esposo Felipe de Jesús Cardona, quien la dejó en la calle. “Él me puso una denuncia por difamación, cosa que no he hecho, son varias denuncias que tengo. Hago un llamado al Gobernador para que me escuche y me apoye porque no tengo con qué darle de comer a mi hija”.

Patricia señaló que su ex esposo la acusa de difamación, delito que asegura no cometió, además dijo que le han robado mucho dinero, incluso de sus cuentas personales y de su hija, una menor de 10 años de edad. “Nadie me ha querido ayudar, he tocado muchas puertas, no me han querido escuchar, ni aquí (gobierno del estado).

Las denuncias en mi contra –dijo con mayor exalto- están en la Agencia Tercera del Ministerio Público y en la Séptima, porque también me están acusando de que robé, cuando a mí este señor me sacó y no pude sacar ni un calzón, ni una cuchara para darle de comer a mi hija”.

Así, la manifestante, expresó una vez más que lo que busca es que se le haga justicia, pues ella junto con su ahora ex esposo, Felipe de Jesús Cardona, constituyeron una empresa en consultoría y auditoria, que a la fecha ha tenido ganancias y de las cuales compraron una casa y adquirieron otros bienes, de los que tampoco no ha recibido nada a pesar de tener el acta constitutiva de dicha empresa ante notario.

“Yo tenía dinero en el banco Santander Serfín en Ávila Camacho, y la señorita Sugey Huerta López que vive con él (su ex esposo) aunque él lo niega, sacaron mi dinero, aunque también lo niega; cuando fui por el dinero, metí mi tarjeta y me bloquearon, hable con los gerentes para decirles que no podía sacar mi dinero y me pidieron que llevara el contrato.

- ¿Cómo iba a llegar el contrato si me habían cerrado la casa y se habían quedado con todo?; cuando me pudieron activar la tarjeta para sacar mi dinero, la sorpresa es que mi cuenta de ahorros no tenía nada, estaba en ceros”.

Se trató pues, lo de Patricia, de una manifestación que no duró ni 5 minutos porque la manifestante consiguió su objetivo: Personal de la Secretaria de Gobierno la llamó para atenderla y de alguna manera impedir más entrevistas, fotos de reporteros, y curiosos que la observaban incrédulos.

Estuvo en la Secretaria de Gobierno y de ahí en el despacho del Gobernador. Luego nadie la vio salir. Ya iba vestida. Su salida debió ser por la cochera, donde, por supuesto, así ya nadie la reconoció.