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Sección: Estado de Veracruz

Mujeres embarazadas, padres con bebés y varios enfermos, en Caravana Migrante

Este martes llegaron a Orizaba, en donde comieron y se les otorgó ropa para aguantar el frío y la lluvia

Lissette Hernández Orizaba, Ver. 13/11/2018

alcalorpolitico.com


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Padres con bebés en brazos tratando de protegerlos del frío y la lluvia, mujeres en periodo de gestación, entre ellas una de 35 semanas, mamás cargando a sus pequeños, hombres con bastón, adultos jóvenes y un gran número de enfermos por infecciones respiratorias agudas; son los migrantes que esta tarde llegaron a Orizaba provenientes de Honduras y El Salvador. Eran alrededor de mil 400.

Durante la tarde arribaron provenientes de Rodríguez Clara, hicieron una parada en este lugar porque la gente de la Pastoral Social de la Diócesis de Orizaba ya los esperaba con comida, agua y ropa. Su arribo estaba programado para el mediodía, pero llegaron después de las 17:00 horas y se retiraron esta misma noche.

Lucían notablemente cansados, mojados y con frío, comieron, pero también buscaron entre la ropa que se les puso a su disposición alguna que pudiera ayudarles para enfrentar el frío y humedad de la zona.



La tos, gripe y congestión bronquial era muy evidente en gran número de ellos, pero aun y cuando la enfermedad ya los alcanzó decidieron seguir su viaje a Estados Unidos y comenzar una nueva vida.

Reconocieron muchos de ellos que este viaje ha sido muy difícil; Esbeidy Reyes, una joven de 18 años, no sólo carga a su bebé de un año, sino que lleva en su vientre a otro de 35 semanas y que podría nacer en territorio mexicano en cualquier momento.

Contó que ya estuvo internada en un hospital de nuestro país hace algunos días, pues sufrió de un dolor en el vientre, “pero ya estoy mejor gracias a Dios y voy a seguir para Estados Unidos, vengo con mi esposo”.



Su marido, de 23 años, un día decidió que lo mejor para ellos tres y su hijo que está próximo a ver la luz de este mundo, era que buscaran una nueva vida en Estados Unidos pues en Honduras, dijo, es ya imposible vivir.

Como esta son muchas historias, algunas contadas por sus propios protagonistas y otras que van quedando en la mente y recuerdo de quien las experimenta, pero que en sí no sabe lo que sucede, como es el caso de los niños, que sólo viajan, lloran, quieren comer, tienen frío y no saben qué sucede.

Un dulce les alegra el momento, pero después vuelven a sufrir la incomodidad de este viaje que no saben cuándo y cómo acabará.



El grupo de este día fue el más grande que ha pisado tierras orizabeñas y es probable que vengan otros más, también conformados por niños, jóvenes, adultos, familias enteras, que en algún momento del camino se arrepienten de vivir esta travesía, pero que no tienen otra opción más que seguir hasta llegar a su objetivo.