Nada por los Ninis

Más allá de si la propuesta del gobernador Duarte (César, el de Chihuahua) acerca de que los considerados jóvenes “ninis” hagan el servicio militar obligatorio y remunerado a fin de abatir su condición de ni estudian ni trabajan es o no correcta, apropiada, útil, inteligente, oportuna o todo lo contrario, la cuestión es que el debate sigue, el intercambio de ideas y el vaivén de opiniones continúa y las cosas siguen sin igual o incluso peor.

Cual lamentable costumbre arraigada en nuestro país, sucede que el tema se hace popular y ampliamente conocido, prácticamente todos los sectores de la sociedad lo han escuchado o leído, tienen clara la idea de lo que es un “nini”, opinan, lo comentan con sus amistades, familiares y compañeros de clase o trabajo y, finalmente, se presta además para hacer burla de empresarios, de amigos y sobre todo de políticos de todos los niveles.

¿Y después? Nada. Como si el haber medio entendido o comentado el problema nos hubiera liberado de algún tipo de culpa, responsabilidad o participación, dejamos que continúe su cause y a ver si alguien (gobierno) puede hacer algo al respecto.

Total, nosotros ya cumplimos con estar enterados del caso y punto, hasta ahí.

Qué lástima que a Duarte se le critique por su propuesta sin que a cambio se ofrezcan alternativas que resulten serias, responsables y sobre todo viables. Siempre es más fácil criticar sin ofrecer una solución alterna a cambio.

De manera severa distintos personajes lo vapulearon, lo acusaron de proponer por proponer, de ser poco serio con su ideota de tratar de salvar a los ninis de una determinada manera.

Al gobernador por lo menos se le debe reconocer que se ocupe del tema, aún de manera “tonta” como lo señalan, y lo intente llevar a algo concreto; quizá se pueda complementar o derive en algo mejor, pero qué bueno que genere una idea que busque contribuir a la fallida política social de nuestro gobierno federal, el cual da respuesta al tema señalando que será a través de la generación de empleos, oportunidades de estudio y trabajo y becas como se les atenderá.

Dios. Pobres de nuestros jóvenes. Qué esperanza.

Y para muestra un botón, y de los buenos. El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, comentaba que México "no se puede tardar 60 años" en crear y brindar oportunidades de educación media superior y superior a los jóvenes, de manera especial a los 7.5 millones que en este momento ni estudian ni trabajan.

Esto como obvia crítica y respuesta a la declaración vertida algunos días atrás por el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio Irazábal, quien dijo que "es imposible pensar en una cobertura universal de un día para otro, puesto que el nivel básico nos tomó prácticamente 60 años".

He ahí un claro reflejo de la política social federal a la que me refiero, en voz de un servidor público que en lugar de estar pensando y actuando de manera total y entregada en su encomienda pública, en la educación de los jóvenes valores de este todavía hermoso y bello país y de su relación con los responsables de impartirla, está con un ojo al gato y el otro al garabato, soñando, pensando y actuando en base a su idea de cómo ser candidato y posteriormente presidente de la República.

¿Y los ninis?...

Tal parece que ni Calderón ni Lujambio están pensando en ellos.

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