La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en colaboración con la Universidad Veracruzana (UV) y la NASA, llevan a cabo investigaciones para llevar vida vegetal a Marte.
El investigador de la UNAM, Rafael Navarro, informó que el bosque del Pico de Orizaba es el más alto del mundo, por lo que los pinos de este lugar, los podrían llevar a Marte, ya que tienen las mismas condiciones atmosféricas que el planeta rojo, por lo menos para el 2030.
Explicó que en 1998 fue que iniciaron esta investigación con el doctor Luis Cruz Kuri de la UV y Christopher McKay de la NASA, y que han avanzado a lo largo de esos 14 años.
Detalló que la primera respuesta que están por encontrar es para determinar qué es lo que le permite al bosque de coníferas, tener vida a una altura de alrededor de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, lo que no sucede en las montañas más altas de cualquier otra parte del mundo.
Condiciones en las cuales se encuentra a menos cinco grados bajo cero.
“Creemos que pretender qué hace que el bosque llegue hasta esa altura, va a permitir en algún momento, poder sembrar árboles en Marte”, comentó.
El investigador del Instituto de Ciencias Nucleares, explicó que el Pico de Orizaba es un buen modelo de lo que sería un Marte húmedo y cálido que ocurrirá cuando se liberen gases de súper invernadero, la temperatura superficial del planeta aumente y el agua que tiene, se derrita.
Dijo que la NASA planea que el planeta que actualmente esté a menos 50 grados, tenga nuevamente los ríos y lagos que algún momento tuvo.
“Una vez que tengamos agua líquida podremos llevar vida de la tierra, como: plantas, algas, animales, pero en particular es interesante llevar cianobacterias, que son bacterias que tienen la habilidad de hacer fotosíntesis”, manifestó.
La labor de estas bacterias es convertir el monóxido de carbono de la atmósfera en compuestos orgánicos y como un subproducto, liberan oxígeno, posterior a esto, el oxígeno se acumula en la atmósfera marciana y eventualmente servirá para que los animales y también humanos, respiren.
“La idea es utilizar a los organismos como cianobacterias para que transformen el ambiente químicamente y permitan el oxígeno que respiramos”, precisó.
De lograrse esta liberación de oxígeno, enviarían plantas y pastos, para que cuando vaya el humano, habite en un lugar parecido a la tierra, agregó.