A treinta y cinco años de haberse fundado la Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV), es necesario retomar, enriquecer y re-direccionar los propósitos plasmados en su Plan General de Desarrollo Institucional con un horizonte y la mira puesta en qué universidad queremos y tendremos para el año 2025.
Lo anterior fue señalado por el maestro José Guillermo Trujillo, coordinador general de la Maestría en Educación Básica de esa institución de educación superior, durante su intervención en la guardia de honor y depósito de una ofrenda floral que personal académico y administrativo de la UPV, encabezados por su rector Francisco Alfonso Avilés, realizó ante el monumento del exgobernador Rafael Hernández Ochoa, quien fuera fundador de esta universidad.
Al hacer una remembranza del exmandatario veracruzano, señaló que a 35 años, los logros saltan a la vista, porque de ella han egresado más de diez y seis mil alumnos-profesores en las diferentes licenciaturas, especialidades y posgrados que ofrece.
Actualmente, dijo, su cobertura se ha extendido a todo el territorio veracruzano, atendiendo actualmente a tres mil aprendientes, quienes cursan las licenciaturas de Educación Física, Educación Básica, en docencia y gestión para las actividades artísticas; maestrías en Educación, en Educación Básica, en Desarrollo Infantil, en Docencia para la Educación Superior, en Docencia para el Bachillerato, en Educación Especial con Enfoque Inclusivo y en Cultura Física y las especialidades en Investigación Educativa y en Competencias para la Docencia en Educación Superior.
Hizo especial mención a los retos que enfrentará por los cambios constitucionales y las directrices de las nuevas leyes educativas, derivadas de la llamada reforma educativa que impulsa el Gobierno Federal desde el 2012, en donde se establecen nuevos perfiles de requerimientos para el magisterio nacional “a los cuales (como institución formadora de docentes) tenemos que dar respuestas”.
Aunado a lo anterior, señaló, las exigencias del mundo globalizado y a la vertiginosa dinámica del conocimiento y de la sociedad en una modernidad líquida –como nos advierte Sigman Baumman-, se convierte en grandes retos financieros, estructurales que enfrenta nuestra universidad.
Esto nos exige a todos y cada uno trabajo colaborativo, respeto a la diversidad y disposición y entusiasmo para romper nuestros nichos de confort y salir adelante, a fin de continuar, mejorar y enriquecer el legado que nos han dejado los fundadores de UPV.