Aún cuando escribió poesía, teatro y cine, y posteriormente representó a México en misiones diplomáticas en dos continentes; la obra de Neftali Beltrán (Alvarado, 1916-Veracruz, 1996) actualmente no es una de las más conocidas, pero no por eso, menos importante en la literatura mexicana.
Al respecto, Ángel José Fernández, editor y revisor de la obra del autor, recalcó que Beltrán fue un hombre muy importante, “participó en el cine, en teatro, fue editor de una revista cuando él tenía 22 años de edad... tenía muchas inquietudes, pero gran parte de la culpabilidad fue el propio desarrollo de su carrera”, alegó.
Lo anterior, lo expresó previo a participar en un homenaje alusivo a los cien años del natalicio, y 20 años del fallecimiento, del autor oriundo de Alvarado, el cual organizó el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC) en colaboración con la Secretaría de Cultura en el Ágora de la Ciudad.
Sin embargo, dada su amistad con Adolfo Ruiz Cortines, Neftalí Beltrán obtuvo el impulso para incurrir en la diplomacia, al grado de que durante un largo tiempo residió fuera de México.
“Vivió primero en Río de Janeiro; después a Europa, estuvo en Lisboa, Amsterdam, vivió 17 años en Varsovia como agregado cultural y cónsul, y vivió muchísimos años en Milán”, relató.
De hecho, cuando regresó en la década de los ochenta, en 1987, a Alvarado, después de cuarenta años de ausencia, pocos alvaradeños lo recordaban, salvo sus contemporáneos. Dicho retorno fue enmarcado por la organización de un homenaje y la recuperación de su título como “hijo predilecto” del Puerto.
Por su parte, la directora de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana, Esther Hernández Palacios, recordó que Neftalí Beltrán ganó en 1984 el Premio a la Mejor Letra del Himno de la Universidad Veracruzana (UV), y a título personal, le tocó conocerlo durante la breve estancia en Xalapa del escritor alvaradeño.
“Neftalí Beltrán es de los poetas latinoamericanos y mexicanos con más nitidez, y con versos transparentes”, resaltó, a la vez que subrayó que una de las cualidades del autor era su habilidad para la lírica, al componer en decasílabos e incluso, octosílabos sus creaciones.