No acaban desapariciones y pobreza en México, lamenta nuncio apostólico Joseph Spiteri

Los problemas sociales que siguen aquejando a México son la pobreza, las desapariciones, la inseguridad y la migración, por lo cual es urgente que sean atendidos por parte de autoridades y sociedad, manifestó el nuncio apostólico Joseph Spiteri, quien llamó a que el apoyo a estos sectores vaya más allá de las emociones.

“Las dificultades reales que son la pobreza, la inseguridad, el apoyo a las madres buscadoras, el apoyo a los migrantes que no deben ser solamente apoyos emotivos o simplemente de ofrecer una comida por ejemplo a los migrantes, un lugar donde pueden descansar y ducharse, sino también ayuda médica, legal, apoyo en todos los sentidos, porque el ser humano tiene muchas necesidades”, indicó en rueda de prensa esta tarde en la Catedral de Orizaba.

Expuso que para la Iglesia la base de todo está en la espiritualidad y esto es lo que empuja a ver en cada prójimo a un ser humano con plena dignidad, pues es la dignidad que viene de Dios mismo y que Dios ha dado a cada persona y que no es algo que da una autoridad civil. “Es un hecho fundamental de vida y nosotros debemos de respetar esta dignidad y servirla, para que estas personas, sobre todo quienes más se sientan en dificultad, puedan renovarse y reencontrar esa habilidad como ciudadanos para nosotros como hermanos y hermanas en el Señor”.

De igual forma, recalcó que en todas las diócesis que ha visitado y en los encuentros con sacerdotes, asambleas diocesanas, laicos, religiosos y religiosas, encuentra la conciencia de querer ayudar, querer aterrizar soluciones. “Y hay que celebrar la fe con la oración y el amor a la sagrada Eucaristía, en amor a Cristo, también entre los jóvenes. Pero eso debería después traducirse en ayudarnos todos, caminando juntos como dicen los señores obispos, para salir e ir al encuentro de cada prójimo”.

Finalmente, enfatizó que hay que ir al encuentro y auxilio de los que están en más dificultades. El Nuncio Apostólico presidió la misa de acción de gracias por los 25 años de fundación de la Diócesis de Orizaba.