Existe una razón fundamental para que los alumnos de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana no aprueben las materias básicas para avanzar a los siguientes periodos escolares y es que el gran cinismo con el que se ausentan los docentes es evidente y demerita la calidad de la educación superior con la que se compromete esta Casa de Estudios.
De acuerdo con un exalto funcionario de la propia Universidad Veracruzana, que al propio tiempo es padre de un estudiante de esta Facultad, es “intolerable” que se alcance una situación extrema por la negligencia de los funcionarios universitarios a quienes se ha confiado la Dirección de esta Facultad.
El director de esta Institución, José Luis Castillo Hernández explicó a alcalorpolitico.com que, de conformidad con los Estatutos de los Estudiantes 2008, las experiencias educativas de la formación básica general que ofrece la UV deben acreditarse antes de cubrir el 50 por ciento de los créditos del plan de estudios que el alumno se encuentre cursando.
“El incumplimiento de esta disposición impedirá el avance del alumno al siguiente periodo escolar”, expuso el académico.
Sin embargo, este día, con base en el documento que nos envió un investigador de la UV y padre de un estudiante de Nutrición, expone que este objetivo se lograría si existiera el acompañamiento de los profesores-tutores durante toda la formación, revisando las trayectorias, identificando los problemas que pudieran obstaculizar el aprendizaje de los estudiantes y, particularmente, asesorando puntualmente a cada tutorando, “si los docentes hicieran bien su trabajo”.
“Si los tutores tuvieran la atención de hacer bien su trabajo los estudiantes no podrían descuidar la administración de su programa, inscribiendo sus experiencias educativas, tal y como lo marca la normatividad escolar”, expuso.
De estos hechos puede dar fe cualquier estudiante, que el apoyo se reduce a la mínima expresión, a veces de una simple revisión al inicio o al final del semestre y que tiene la finalidad de firmar un documento que hace constar que la tutoría se ha realizado de manera adecuada.
Es fácil constatar el enorme ausentismo del profesorado por ello pregunta el también catedrático universitario, por qué sostener a los profesores que con singular cinismo suspenden sus clases.
“No se trata de uno o dos que pudiera uno decir que son los de siempre. Son casi todos. Si el profesorado incurre en estos vicios no podemos imputar a los estudiantes que no estén motivados, entusiasmados con la carrera que eligieron”.
Y añade: “No podemos pedirles que en solitario adivinen el camino para la superación personal y profesional. A veces los estudiantes sufren de un abandono que no es tan diferente al que sufren los 'ninis'”.
Este docente reconoce que las cosas de la Universidad debieran resolverse en sus órganos colegiados, sin embargo, acepta que cuando se daña a los jóvenes estudiantes las cosas de la Universidad se transforman en asuntos de interés público y “esto apenas es la punta del iceberg de una situación preocupante en esta facultad”.
A este “coctel” no escapa la forma facciosa de asignar experiencias educativas a profesores o profesoras cercanas al afecto de quienes gobiernan esta facultad y lo más lamentable es que este fenómeno que no es exclusivo de la Facultad de Nutrición, impidiendo la transformación de la institución por las viejas prácticas clientelares de grupos de interés, señaló el padre de familia.
La responsabilidad de una situación –dijo- como la que se describe no puede endosarse sólo a los estudiantes, debe recaer indudablemente en quienes ocupan la Dirección y la Secretaría de la Facultad y debe llamar la atención de la Dirección General del Área de Ciencias de la Salud, de la Dirección General de Administración Escolar y de la propia Secretaría Académica.
Y es que –sostiene- las bondades del modelo educativo integral y flexible se cancelan cuando se incurre en la simulación y el engaño.
“La calidad de la educación superior con la que se compromete la Universidad Veracruzana no pasa de ser retórica cuando el compromiso y la responsabilidad del personal académico están ausentes. Y no puede ser tolerado que se alcance una situación extrema por la negligencia de los funcionarios a quienes se ha confiado la dirección de una facultad a la que tantas familias confían la formación de sus hijos".
El académico justifica que los paganos pueden ser quienes son razón principal de nuestra preocupación, nuestros hijos, pero espera que su inconformidad y opinión sirva para que los medios se acerquen a los estudiantes, escuchando su insatisfacción, indagando con los profesores marginados, pulsando la opinión de las autoridades universitarias de mayor nivel.