No hay dinero ni voluntad para proteger zona arqueológica de Pueblo Viejo, en Perote

El recorte de recursos federales a la cultura en México ha dejado en el abandono a zonas arqueológicas de gran valor histórico, como la conocida como Pueblo Viejo, ubicada en el municipio de Perote. Así lo advirtió el director de Turismo Municipal, Manuel González Merino, quien aseguró que desde hace años se ha buscado apoyo institucional sin éxito, y que actualmente no existe ni presupuesto ni voluntad oficial para proteger el sitio.

“El presupuesto para zonas arqueológicas ha sido recortado y los recursos que antes se usaban para su mantenimiento, ahora se destinan a otras acciones. Incluso las zonas abiertas al público, con gran afluencia turística, ya presentan problemas para conservarse. Imagínate una como esta, que ni siquiera está reconocida formalmente”, señaló el funcionario.

El caso de Pueblo Viejo no es aislado, sino una consecuencia directa de la política cultural del Gobierno federal. Y es que, cabe recordar que, desde el inicio de la actual administración, la Secretaría de Cultura ha enfrentado reducciones constantes en su presupuesto anual. En 2021, por ejemplo, sufrió un recorte del 11 % respecto al año anterior, y muchas de esas limitaciones se han reflejado en el trabajo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), responsable de proteger este tipo de espacios.



En el caso de Perote, la zona arqueológica lleva años siendo saqueada sin que se haya podido ejecutar un proyecto serio de preservación. Desde 2013, y con antecedentes desde mucho antes, el Ayuntamiento y académicos han solicitado apoyo al INAH y a la Universidad Veracruzana para realizar estudios y delimitar el área, pero el presupuesto y la falta de acuerdos han frenado cualquier avance. “La gente entra a excavar buscando objetos con valor monetario, pero al hacerlo destruyen estructuras antiguas. Se han dañado basamentos, se han alterado montículos, todo sin control. Es una pérdida lenta pero constante”, explicó González Merino.

El alcalde Delfino Ortega Martínez confirmó que la Policía Municipal realiza rondines en la zona, pero reconoció que no cuentan con la capacidad operativa para mantener una vigilancia permanente. “Lo hacen sobre todo en las noches, cuando nadie los ve. Hay una persona de la comunidad que ayuda a vigilar por cuenta propia, sin recibir nada a cambio, pero eso no es suficiente”, dijo.

El problema se agrava porque se trata de terrenos ejidales, lo que impide el control del acceso. A esto se suma que agencias turísticas han comenzado a promover la zona como un destino de aventura o ecoturismo, sin regulaciones ni conciencia del daño que pueden causar. “Lo promocionan en redes como si fuera un sitio oculto o prohibido, como si eso lo hiciera más atractivo. Así empieza la gente a entrar por su cuenta, y va a ver ‘qué encuentra’, pero no saben el daño que hacen. Y no hay una autoridad que regule ni que sancione”, lamentó Ortega.



Tanto el Alcalde como el Director de Turismo coinciden en que la única salida real sería declarar el sitio como zona de reserva arqueológica y ejecutar un proyecto de salvamento oficial, con estudios de datación, delimitación y resguardo. Pero para ello, se requiere una acción decidida del INAH y un respaldo presupuestal que, hoy por hoy, no existe. Mientras tanto, Pueblo Viejo, testigo silencioso de una historia milenaria aún sin contar, sigue expuesto a la destrucción por manos anónimas y a la indiferencia de las instituciones que deberían protegerlo.