El obispo de Orizaba, Francisco Eduardo Cervantes Merino, hizo un llamado para no imitar lo que se hace en ciertos círculos más amplios del poder, donde a quien piensa diferente lo ven como un enemigo y buscan su mal.
"A veces no es solamente que pienses diferente, sino que haces actos que lastiman y ves a la gente como enemigo. Pero vamos a orar y liberarnos, y que cuando salgamos de la puerta para allá, estemos ligeros de equipaje, de carga", indicó durante la misa en la Catedral San Miguel Arcángel.
Pidió no hacer juicios sobre el actuar de tal o cual ciudadano. "No es que no te importe, ni que te valga cacahuate, sino que no hay que hacer juicios condenatorios. También vamos a pedir por aquellos que hacen el mal y que se están organizando para ver a quién le hacen daño de diferente manera."
Resaltó que Dios nos pide orar por nuestros enemigos y citó que cuando uno piensa diferente de otro y lo expresa sin querer lastimar, se hace un enemigo del otro, y no debería ser así. "Hay una cultura que se ha difundido últimamente: que el que piensa diferente es tu enemigo. No sé si lo habrán notado en ciertos círculos, sobre todo en esos círculos más amplios del poder, pero si pensamos diferente, hermanos, pues ¡gracias a Dios que pensamos diferente! Pero insisto, no somos enemigos."
También indicó que las oraciones que se están haciendo son porque, en esta semana, los sacerdotes harán ejercicios espirituales. "Nos reunimos para tener una serie de reflexiones con temas bien concretos sobre la palabra, la Eucaristía, los sacramentos, que le llamamos ejercicios espirituales. Se les llama así porque es una ejercitación en la oración, en la meditación, en discernir lo que Dios nos va pidiendo en nuestro ministerio. Lo hacemos ordinariamente antes del tiempo de Cuaresma, porque ¿cómo vamos a andar animando a la comunidad al encuentro con Dios y el padrecito no se aplica? ¿Sí se entiende? Vamos en la misma barca con nuestras debilidades, caídas y levantadas, pero siempre buscando servirles."
Antes de concluir, exhortó a la población católica reunida en la denominada Iglesia Madre a que rueguen por la salud del Papa Francisco.