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No se debe culpar al Rector de todo lo que falta o no funciona en la UV., lectora

A quienes critican a Arias Lovillo, les pide que abran sus horizontes de pensamiento, que no se dejen llevar por las pasiones

Xalapa, Ver. 26/06/2009

alcalorpolitico.com

Señor periodista Joaquín Rosas Garcés:

Soy una fiel seguidora de su medio de comunicación desde hace varios años y nunca me había atrevido a escribirle, no por falta de ganas sino porque he preferido ser una más de sus lectoras pasivas (entiéndase a sus cientos de lectores que siguen su trabajo, pero que nunca se dirigen a usted).

El motivo por el cual esta vez he decidido escribirle es porque he visto con mucha sorpresa y gusto el hecho de que sus lectores externen sus opiniones acerca del proceso de elección o reelección del rector en la Universidad Veracruzana y lo mejor es que usted deje ver todas esas opiniones.

Me da gusto saber que ha habido gente que sin temor a que otros los tachen de "lamebotas" o "entreguistas" se hayan pronunciado por decir abiertamente que están a favor de la reelección del rector, derecho al que tiene no sólo el actual sino todos los que han ostentado el cargo que, dicho sea de paso, yo jamás me atrevería a cubrir, ya que siempre he pensado que se necesita una persona que no sólo sea capaz de dirigir una universidad tan importante y tan diversa como es la Veracruzana, sino la capacidad de soportar los improperios que unos pocos se atreven a lanzar desde su reducida visión.

Sí, lo afirmo, una reducida visión. Porque todo aquél que piensa que las carencias de la Universidad Veracruzana se deben única y exclusivamente al rector, a su capacidad para resolver cosas como las carencias de equipo, de baños descuidados, de que los alumnos tienen una formación deficiente, de que los maestros son faltistas, es tan absurdo como pensar que los éxitos que ha tenido últimamente la UV se deban única y exclusivamente al rector. ¡No! A la Universidad la hacemos todos. No se puede culpar al rector de que los baños de una facultad no tengan agua, no se puede culpar al rector de que el alumno tiene una pésima ortografía o no sabe elaborar los más mínimos razonamientos para el estudio. No se puede culpar al rector de que hacen falta computadoras en tal o cual facultad porque no hace falta ser un lector erudito para saber que el sistema político mexicano se ha ensañado en contra de la educación pública de manera tan cínica al recortar el presupuesto para las universidades que de por sí era tan escuálido.

Sin embargo, el rector de la UV se plantó enfrente de la cámara de diputados y senadores a defender a nuestra universidad. Que yo sepa, nunca antes un rector había ido a defender en el Congreso a su Universidad, como lo hizo este rector, y si me equivoco que me saquen del error. Que no se nos olvide eso.

Yo le quiero decir a esa gente que abra sus horizontes de pensamiento. Que no se dejen llevar por las pasiones, que no se dejen llevar por lo que dicen otros y que analicen lo que deveras está pasando en una universidad que sí ha tenido un rector con el valor para acercarse a los estudiantes, para sentarse ante la misma mesa a escuchar lo mucho o poco que tengan que decir los estudiantes, lo bueno o malo que pensemos, y llevar a cabo un programa que incluya todas esas propuestas, un rector que se ha preocupado por enfrentar ante todos los que somos parte de la UV a un sindicato corrupto como es el Setsuv, que ha tenido el valor de decir abiertamente cuáles son las carencias que aún tiene nuestra universidad. No lo olviden, todos somos humanos, y todos tenemos derecho a equivocarnos, yo les digo que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, quien no haya tomado una decisión que creyó correcta en un momento de su vida y que después se haya dado cuenta que no fue lo mejor que tire la primera piedra. Nadie en el mundo ha tomado al 100% las mejores decisiones, pero eso no significa que siempre hayamos actuado con alevosía, no, analicémonos y no juzguemos como si fuéramos perfectos.

Para mí, lo importante son los logros que ha alcanzado la UV en los últimos años y que si bien es cierto que no sólo se deben al rector, tampoco hay que olvidar que sólo se pudieron haber dado y que sólo se podrán dar si hay alguien al frente con la buena intención, con la entrega de trabajar para la universidad como ha sido el rector Raúl Arias.

Gracias, señor Joaquín por darnos el chance de decir lo que vemos y lo que sentimos.

Su servidora
Dolores Estrada Valdez