En misa dedicada a las madres este martes, el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, elevó una oración a las madres de familia que sufren violencia doméstica, a las madres que han perdido a sus hijos en circunstancias lamentables, a las madres que se han quedado viviendo solas, a quienes no tienen trabajo y padecen necesidades. Elevó una oración para la sanación de las madres enfermas, lastimadas y humilladas por una sociedad inconsciente.
Pero también hizo un llamado a las mujeres que han dejado su labor de madre a medias o que se han equivocado en sus decisiones y no están haciendo un buen papel ante su familia, pues señaló que la mujer es el eslabón más fuerte para la consolidar la célula indispensable que debe ser la familia.
Este martes al celebrar en oración, el Obispo de la Diócesis de Orizaba hizo mención al acto sublime de la concepción, lo cual es una bendición, pero también una responsabilidad de amor que se debe asumir en la educación y formación de los hijos.
“Este día, aprovechando esta fecha tan especial, pedimos por aquellas madres que han olvidado su labor. Y pedimos porque Dios las ayude y les levante el ánimo. También por aquellas que buscan formar personas integras; por las solas, las que son al mismo tiempo papá y mamá, las viudas, abandonas, por las golpeadas, lastimadas, las que no tienen trabajo”, añadió.
A la celebración asistieron decenas de madres, futuras madres y adolescentes que algún día concebirán la gracia de conformar una familia, quienes escucharon atentas el mensaje y agradecieron la oración, aseverando que se viven tiempos difíciles en que únicamente los valores, el amor, la comunicación y el respeto a los mandamientos de Dios nos salvarán de no ser una sociedad enferma.
“Hoy les digo que los hijos aprendimos que hay un dios verdadero, que Jesús es el Salvador de las mamás”. Por ello se pide todos los días por ellas, porque ellas son administradoras de la vida y dijeron sí a dar a luz a sus hijos.
El Obispo bendijo a las mamás que llevando en su vientre el fruto del amor, pues existen personas inconscientes quienes aseguran que hasta las 12 semanas de gestación se puede decir que existe vida.
Indicó que las madres aplican el amor que Cristo ha dado al ser humano, pues aun y cuando la persona no le busque o se aparte de él, su amor no se acaba, ya que su amor no pone condiciones.