Los obispos del país hicieron un llamado a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a velar por la libertad religiosa, por el Estado Laico, así como por la pluralidad y la libertad de opciones fundamentales, prevista en toda democracia moderna.
Este pronunciamiento lo hicieron por los casos que ocupan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con relación a la puesta de “nacimientos” en espacios públicos, los cuales dijeron los prelados deben resolverse de acuerdo a la visión moderna e incluyente y no a una ideología de un Estado laicista que impida el derecho humano a la libertad religiosa.
“México ha optado en su histona y devenir por ser una república democrática moderna, en la que se haga valer y se respeten plenamente los derechos humanos, en la que se reconozca que es el Estado Mexicano el que está al servicio de cada ciudadano, promoviendo sus libertades y la justicia social, en la pluralidad y el respeto de todas las expresiones culturales”, expresaron a través de un comunicado publicado por la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Recalcaron que todo Estado laico moderno debe garantizar el ejercicio de tener o no, creencias religiosas, y ejercerlas plenamente tanto de manera individual como colectiva, mientras no se afecte el orden público ni se atente contra la dignidad de ninguna persona.
“La libertad religiosa no se circunscribe al culto sino que va mucho más allá de él, abrazando: la libertad de pensamiento, de conciencia, de expresión plasmándose en manifestaciones artísticas y de educación, en tradiciones populares, entre muchas otras.
Agregaron que esto ha sido reconocido en nuestra Constitución Política y en los Tratados Internacionales de los cuales México es parte. “En términos sociológicos, se reconoce que toda cultura está marcada por su lenguaje, sus costumbres y tradiciones, y por supuesto, sus creencias religiosas”.
Añadieron que el ser humano se va desarrollando no en abstracto, sino según un conjunto de opciones fundamentales: el valor de la vida, la familia, la humildad, el servicio, la fraternidad, el cuidado, la belleza, entre otros.
Además acentúan que los Estados democráticos modernos se configuran al servicio de cada persona humana, de cada comunidad, promoviendo el ejercicio pleno de sus libertades y no restringiéndolo como lo hacen los Estados autoritarios”.
Finalmente, acotaron que por ello, desde hace algunos años, distintos gobernantes, intelectuales y el mismo Papa Francisco han señalado la importancia de entender el Estado laico de manera abierta y colaborativa, que promueve el ejercicio de los derechos humanos y configura un tipo de desarrollo humano, integral, solidario y sustentable, sin negar cualquier posibilidad de expresión social y comunitaria de las creencias religiosas.