Órganos de fiscalización ya no son benevolentes con quienes ejercen cargos públicos

El director de Investigación del Sistema Nacional de Fiscalización (SNF) de la Auditoría Superior de la Federación, Roberto José Domínguez Moro, señaló que actualmente se superó la época en la que entidades como el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) tenían una actitud benevolente con los entes fiscalizables.

“Hubo muchas décadas en el pasado en las cuales este tipo de órganos tenían una actitud benevolente respecto a quienes ejercían el cargo público y quien le daba el destino a los recursos que se le asignaban para su cuidado”, refirió.

En ese sentido, dijo que hoy por hoy quien ejerce recursos públicos sabe que tiene muchos ojos viéndolos, sabe que tiene una serie de obligaciones que por ley ya no puede obviar y ya no puede presidir de ellas, de ahí que existe un menor incentivo a incurrir en conductas irregulares.



“Ya todo el mundo asume que la autoridad tienen que actuar de una manera transparente, todo el mundo asume que se tienen que rendir cuentas y todo el mundo está a dispuesto a pedirlas; como ciudadanos, como autoridades, como órganos internos de control, como entidades fiscalizadoras superiores”, declaró Domínguez Moro.

Reconoció que pese a lo anterior hay todavía quien decide cometer irregularidades, aunque finalmente a la fecha también puede ser una decisión ética, de carácter personal pero en un ámbito de control.

“En un ámbito en el cual hay una vigilancia activa, muy clara y rigurosa de parte de los órganos fiscalizadores y de los órganos internos de control; la posibilidad de que yo haga algo y que nadie lo note o que no sea detectado se reduce considerablemente”, subrayó.



Al participar en el programa “De Acceso Público”, mismo que transmite el Órgano de Fiscalización Superior del Estado en su página de internet, reiteró que una buen parte del trabajo de los auditores tiene que ser la disuasión, pues “no se trata de vigilar a cada quien qué está haciendo”.

Opinó que se tienen que centrar las bases para que los espacios donde se comenten las irregularidades se vayan acotando cada vez más, hasta que eventualmente desaparezcan y para que esto ocurra los funcionarios no tienen más que apegarse a la ley.

“La integridad es un factor central dentro de la vida de cualquier institución, sea pública o sea privada. Qué es la integridad al fin de cuentas, es adherirse a una serie de principios éticos y de comportamientos que forma la cultura administrativa de la organización”, explicó.



Aseguró que si a todo los que trabajan en una institución se les dan a conocer estos conceptos, valores o límites a su actuación, y además se vigila que sean cumplidos, el resultado va a ser que los actores públicos aprenderán a trabajar desde un punto de vista ético.

Durante su visita a la capital del Estado, el director destacó que el Sistema Nacional de Fiscalización, al que Veracruz se sumó la semana pasada para genera la articulación de los órganos de control en aras de una mejor rendición de cuentas, permitirá mejorar las acciones de prevención para evitar malos manejos de recursos públicos.

“Los órganos (como el ORFIS) van a darnos una parte de la imagen del desempeño de determinado ente gubernamental. Esa imagen va a ser completada por lo que ofrezca la fiscalización superior; si hay un punto de contacto entre ambos y hay un intercambio de información, si hay duplicidad de funciones, si existe una estrategia para abordar determinados temas, el alcance que se le va a poder dar a la fiscalización va a ser mucho más amplio.



“Va a ser mucho más profundo y por lo mismo va a permitir determinar dónde están esas áreas que impiden que se tenga un buen nivel de administración, tanto a nivel municipal, estatal e inclusive federal”, observó.

Agregó que los tres órdenes están involucrados en el sistema y por lo tanto están llamados a colaborar de una manera activa, buscando lo que se conoce como sinergia y evitando el robo al erario público.