La montañista originaria de Orizaba, Ishtar Rizzo Varela, logró el pasado 11 de octubre de 2025 alcanzar la cumbre del Monte Giluwe, el volcán más alto de Oceanía. Con esto, se convierte en la primera mexicana en conquistar esta cima dentro de su proyecto "Mujer de Fuego, Mujer de Acero", que busca escalar el volcán más alto de cada continente. Su siguiente meta será el Monte Sidley, en la Antártida.
De acuerdo con su relato, el viaje para lograrlo incluyó 32 horas de vuelo y varios días de traslado por Corea del Sur, Filipinas y la Isla de Nueva Guinea, además de un vuelo nacional y cuatro horas en auto hasta las faldas del volcán. La expedición, originalmente planeada para seis días, se redujo a dos debido a las condiciones climáticas, quedando apenas una ventana de seis horas sin lluvia para alcanzar la cima y regresar. “Llegamos con buen tiempo, un ascenso tranquilo hasta el campamento base, pero con una sola ventana de 6 horas sin lluvia la mañana siguiente”, contó Rizzo.
Pese a la tormenta nocturna, inició su ascenso a las 4:00 horas y alcanzó la cumbre al amanecer, rodeada de neblina y con visibilidad nula, donde colocó la bandera de Orizaba Pueblo Mágico. Previo al ascenso, fue recibida por el jefe de la tribu Hagen Man en la villa Paiya. “No habíamos conocido a una persona tan determinada”, dijo el líder local, a lo que la montañista respondió: “Es porque soy mexicana. Así somos, trabajadores, soñadores y aferrados, y por eso estoy acá, representando mi casa”.
Mencionó que durante su estancia, conoció a otras tribus indígenas como los Huli y los Asaro, y pudo observar la flora y fauna únicas de la región, que representa menos del uno por ciento de la superficie terrestre pero alberga cerca del 6 por ciento de la biodiversidad global. “Considero que mi principio es inspirar a más mujeres a perseguir sus sueños e ir por aquellos retos que, por muy inalcanzables que parezcan para los demás, tengan sentido para ellas”, señaló.
Rizzo Varela destacó que romper barreras y estereotipos de género y culturales es esencial para que la educación y el conocimiento permitan un desarrollo más equitativo en áreas científicas, deportivas y culturales. Su expedición contó con el apoyo de TYASA, a quienes agradeció por su confianza en el impacto de su trabajo.