En su contexto histórico Francisco Villa (1878-1923) representó por igual al bandolero y guerrillero “incómodo” tras ser perseguido, asesinado y -una vez muerto- denostado por el Gobierno en turno, con Álvaro Obregón a la cabeza.
Pero a la vez Villa encarnó al héroe del pueblo y de cuya lucha se cantaron corridos revolucionarios, se inspiraron libros y películas y la historia lo recuerda aguerrido y envalentonado a la hora de entrar en combate.
Al abrir el foro “Entender de otro modo a Francisco Villa y la Revolución Mexicana”, dentro de la presentación de la edición 65 de “La palabra y el hombre” en El Colegio de Veracruz, el estudiante Alessandro Hernández Rabanales enfatizó en el rol de Pancho Villa (nacido como Doroteo Arango en 1878) como un disidente político y cuya familia sufrió el ostracismo y el desconocimiento oficial.
El ponente enfatizó que para entender a Pancho Villa el lector debe de abordar si prefiere continuar con la percepción de Villa como bandolero o como el héroe que ayudó a la gesta revolucionaria.
“(Villa) fue uno de los luchadores sociales más importantes que hemos tenido y que sin vivir en un campo militar tuvo una formación importante al de un militar de alto grado y condecorado con el grado de General”.
Recordó que Villa enfrentó desde un nacimiento en condiciones precarias, siendo perseguido por defender a su hermana de un intento de violación, asesinado por órdenes del confeso diputado Jesús Salas Barraza, aunque este último consiguió el indulto oficial.
Pancho Villa no solo sufrió la persecución en vida, sino después de la muerte, luego que el presidente Álvaro Obregón desamparó a una de las dos viudas del Centauro del Norte y a la otra “la premió”, relata Hernández Rabanales.
Por su parte, la ex rectora Sara Ladrón abordó en la ponencia el dossier de “La Palabra y el Hombre” dedicada a Francisco Villa, y en que la académica destacó los trazos de Gerardo Vargas, autor también del imaginario de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
Sara Ladrón destacó el uso del naranja en los cielos
en donde Villa sobresale por su sombrero usado como cima de la serranía donde el Centauro llevó a cabo su Revolución, además de la colección de imágenes ilustrativas de la edición 65, en donde coinciden dos discursos gráficos: la iconografía histórica y las ánimas de la Revolución.
En su participación la académica de la Universidad Veracruzana, Magali Velasco Vargas, comparó que las actuales “necronarrativas” surgidas a raíz de la Guerra contra el Narcotráfico carecen de un “Pancho Villa” en sus historias de violencia.
“Carecen del toque heroico de grandes líderes, valientes batallas y cantos de justicia social. Una sociedad necesita de héroes, villanos y de monstruos” explicó, siendo Villa un bandolero harapiento, pero indomable.