Con la espada desenvainada llegó a Veracruz el exgobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Meza, quien ahora es integrante del CEN del PAN, y se sumó a los candidatos de la zona centro del Estado, en especial atención al bastión, como él lo llamó al municipio de Tierra Blanca, que en estos días se ha convertido en el punto de referencia en cuanto al proceso electoral se refiere por los hechos violentos que se han suscitado.
Después de la visita del líder estatal priísta Erick Lagos, quien vino a contradecir los señalamientos del PAN de que ellos fueron los culpables de haber incendiado tres vehículos de panistas y que a propósito del tema, los del PRI aprovecharon para argumentar que fueron los propios panistas quienes organizaron estos eventos de agresión, dijo Lagos Hernández que fueron autos, autoquemados; en una guerra de declaraciones y ruedas de prensa le volvió a revirar el PAN con la visita del exfuncionario, que de paso pidió que el gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, saque las manos del proceso electoral.
Aprovechó la rueda de prensa hasta para auditar la administración estatal, argumentando que hay perdidos 5 mil millones de pesos, algo chusco ya que también el gobierno del 2006 al 2012 que Oliva Meza encabezó está siendo demandado por actos de corrupción.
Así comienza a subir de tono la guerra de declaraciones de los dos partidos políticos punteros en las preferencias electorales, la plana mayor del panismo local estuvo presente, el diputado federal Gabriel Cárdenas Guizar, el líder municipal Felipe Burgos Zaleta, Saúl Lara, Enrique Haz y las tres víctimas de los ataques a sus vehículos.