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Sección: Vía Correo Electrónico

1ra parte de 3

Pensar la discapacidad desde la discapacidad en un mundo de capacitados

Antonio Romano Santos Xalapa, Ver. 04/12/2020

alcalorpolitico.com

He decidido elaborar este texto en el marco de la celebración del dia internacional de la discapacidad con la finalidad de mostrar una serie de reflexiones y aproximaciones sobre lo que se denomina discapacidad o personas con capacidades diferentes.

Los motivos de fondo de este escrito se pueden englobar entre lo que los psicólogos llamarían una proyección aunada a regresiones o lo que mis colegas nombrarían una catarsis coyuntural, yo simplemente diría es una inquietud por plasmar algunas reflexiones sobre el tema a partir de la experiencia e historia de vida.

Ciertamente el texto carece de la rigurosidad académica, teórica y dato duro pero intenta desarrollar algunas apreciaciones desde la realidad del individuo con discapacidad.



El presente texto se encuentra elaborado en tres partes: la primera, aproximaciones y percepciones conceptuales; la segunda, el proceso de socialización y el autoreconocimiento; y la tercera, problemas y políticas publicas sobre la discapacidad.

I

Aproximaciones y Percepciones



Definitivamente la discapacidad es una forma de vida. Un individuo no elige ser discapacitado. Se nace o se convierte. El primero es producto de un problema biológico-congénito y el segundo es el resultado de algún accidente o degradación física. En esta pequeña diferencia hallamos que los primeros individuos construyen su mundo desde ellos mismos y se conceptualizan tal cual son con todas sus características e imágenes.

En cambio, los segundos, tienen que empezar a reconstruir su realidad, en ello hay un proceso de duelo, aceptación y adaptación a su nueva condición.

La discapacidad es un fenómeno heterogéneo y polimorfo, en este sentido debemos de decir que hay diversas formas de discapacidades. No es algo homogéneo. A lo mejor lo que se tiene en común son ciertas deficiencias, movilidades o cualidades respecto a la “normalidad”. Pero es cierto que tenemos diversas discapacidades, solo por mencionar algunas: física-motora, intelectual-cognitiva, auditiva y de lenguaje, etc. La propia discapacidad nos indica el relativismo del problema dependiendo del grado y del tipo de discapacidad de la personas.



La discapacidad es un hecho real, es un fenómeno que permea toda la sociedad, sus instituciones y su estructura. Debemos de mirarle como algo inmerso en la propia sociedad, es visible y cercano. Debemos de visualizarlo como un fenómeno interclasista, es decir, vemos personas con capacidades diferentes en todos los estratos y esferas sociales, en todos los grupos y sectores.

Contundentemente integran la sociedad. Son parte de nuestra familia, son nuestros amigos, están en las instituciones, andan en las calles, compartimos nuestro salón de clases o somos nosotros mismos. Además esta condición se manifiesta independientemente del género, es decir, tanto en mujeres como en hombres.

La discapacidad es un fenómeno social y multifactorial. De hecho, ha sufrido una metamorfosis: ha pasado de ser un problema individual-familiar a ser un problema público.



Lo que directamente afecta la condición de salud y de desarrollo en los individuos se ha convertido en un problema para los gobiernos y para la propia sociedad; en los primeros, por que deben de diseñar políticas públicas para su inserción en el ámbito educativo, laboral y económico; en la segunda, por qué debe de construir instituciones y ciudadanos con perspectivas de inclusividad. La realidad dicta lo siguiente: en el primero solo encontramos discursos demagógicos y en la segunda lamentablemente practicas de rechazo y estigmatización.