Al finalizar la jornada electoral del pasado domingo, la agrupación DataCívica advirtió de una persistencia de la violencia política-criminal en el estado de Veracruz y en Durango, en donde se renovaron presidencias municipales.
DataCívica, coordinadora del estudio Votar entre Balas, contempla que en Veracruz se registraron dos ataques atribuidos a grupos del crimen organizado. El primero ocurrió contra la casa de campaña de Carolina Galván, aspirante en Xico por Movimiento Ciudadano (MC), y otro que dejó herida por disparos a Estela Sánchez, coordinadora del partido naranja.
“Estos hechos se suman a un proceso electoral en Veracruz atravesado por una alta incidencia de violencia política desde el inicio de las precampañas. La violencia política en Veracruz es persistente y tiene un comportamiento cíclico que se intensifica durante los periodos de elecciones locales”.
Votar entre Balas registró 17 ataques contra personas precandidatas o candidatas; tres de ellas asesinadas y diez obligadas a renunciar por amenazas, tan solo en el proceso electoral de este año. “El proceso electoral 2025 se posiciona como el más violento para Veracruz en comparación con 2021; la magnitud varía según el tipo de agresión considerada. Por ejemplo, en 2021 registramos cuatro homicidios contra candidatos, mientras que este año tres”, menciona el observatorio.
DataCívica consideró que mayo de 2025 fue el mes más violento para la política veracruzana desde 2018, con 14 ataques. “Este nuevo repunte supera los niveles alcanzados en los meses previos al proceso electoral de 2021”.
El observatorio consigna que el National Drug Threat Assessment, publicado por la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), menciona que en Veracruz existen dos grupos de la delincuencia organizada con presencia alta (el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Golfo) y dos con presencia moderada (el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Noreste). “Algunas hipótesis sugieren que la violencia se explica en gran medida por la fragmentación criminal en el territorio veracruzano, donde diversos grupos del crimen organizado estarían compitiendo por el control de rutas, territorios y gobiernos locales”, contempla el análisis.