En las barbas de la policía municipal cometieron los hampones el asalto a los guardias de la Compañía Mexicana de Traslado de Valores (COMETRA), cuando hacían entrega del dinero para el pago a los pensionados del ingenio San Cristóbal, sorprendiendo a los guardias de seguridad.
Hechos ocurridos el pasado viernes a plena luz del día, pues serían las siete de la mañana y a escasos 80 metros de distancia de la comandancia de la policía municipal, logrando escapar tranquilamente los delincuentes. Lo que deja entrever la incompetencia del improvisado comandante Rafael Pérez Hernández.
Quién sólo se ha dedicado a golpear y sacar a ciudadanos de sus casas, encarcelar albañiles, despojar de dinero y pertenencias a los detenidos, cobrar multas inconstitucionales, golpear mujeres, privar de la libertad a personas de manera arbitraria, intimidar a obreros, entre tantas violaciones a las garantías constitucionales.
Poniendo en riesgo la integridad física de los ciudadanos en una actitud totalmente contraria a los fines para los que fue puesto en el cargo, el cual desconoce rotundamente, pues nunca en su vida ha pisado una academia de policía, llegando al puesto por gratitud del alcalde Arturo Anaya Loera, a quien apoyó en su campaña con el perifoneo.
Oficio que desempeñaba anunciando muertos, bailes y a los comercios y que todavía desempeña anunciando los eventos del Ayuntamiento. Bien dice el dicho; que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre. Y mucho tiene que ver el alcalde Anaya Loera, quien a pesar de ser abogado y fungir por segunda vez como alcalde lo mantiene en el cargo de manera irresponsable, aun a costa del peligro que corren los ciudadanos, de tener una persona sin la más mínima instrucción como encargado de la seguridad de los carrillenses, pues sólo ha servido para cometer ilícitos por un mero capricho del primer edil.
Para colmo de males, el alcalde tuvo la desfachatez de hablar a un noticiero sabatino local diciendo que se va a reforzar la seguridad con cuatro puestos de vigilancia, cuando en la colonia José López Portillo hay una caseta de vigilancia totalmente abandonada y en la cual Anaya Loera mandó poner una patrulla totalmente inservible a un costado.
Por esta situación obreros y ciudadanos piden al Alcalde Arturo Anaya el cese inmediato de Rafael Pérez Hernández como comandante de la policía municipal ante tanta ineficiencia, abusos, desatinos y charlatanerías de quien sólo se ha dedicado dañar a la ciudadanía tratando de encubrir sus fechorías comprando algunos medios irresponsables.