Pobladores de El Castillo acuerdan cerrar el paso a pipas que roban agua

Cientos de pobladores y ejidatarios de El Castillo, en Xalapa, acordaron no seguir permitiendo la explotación indiscriminada de sus manantiales a los piperos que operan en la zona.

En asamblea acordaron cerrar los accesos, señalando que cada día decenas de camiones se llevan el agua sin que exista certeza de a quién les pagan y de qué pasa con ese dinero que debería de beneficiar a la comunidad.

Además, advirtieron que la sobreexplotación ya está secando los manantiales y esto podría dejarlos sin agua, en caso de que no intervengan las autoridades municipales.



Señalaron que el comisariado Hugo Morales Garrido y el presidente del Comité del Agua, Justo Jiménez, ni siquiera asistieron a la convocatoria de este jueves, pese a la preocupación de los lugareños por la evidente disminución de los niveles de los manantiales.

De acuerdo con los mismos ciudadanos de poblados cercanos, como El Limón, actualmente pagan una comisión de 20 mil pesos para surtirse del líquido, aunque otras localidades aportan entre 5 mil y 23 mil pesos que no se reflejan en el correcto funcionamiento de la bomba de agua que lleva el agua a las colonias de El Castillo, pues constantemente sufre descomposturas.

Los inconformes añadieron que también pagan hasta 5 mil pesos por cada toma de agua para casa habitación, dinero que se entrega al Comité y cuyo manejo es responsabilidad conjunta con el comisariado ejidal.



“Aparte de las tomas a los piperos les cobran 10 mil pesos para que puedan llevarse el agua, pero no se sabe a dónde va a parar todo lo que generan. Aquí es común que la bomba no se dé abasto y tenga fallas”, agregaron.

El agente municipal, Óscar Luna, quien participó en la asamblea, declaró que se trata de piperos provenientes de Xalapa y municipios de la región que han hecho un uso indiscriminado del recurso hídrico.

"Cada día y noche se llevan el agua con una carga excesiva; hay pipas de Banderilla, pipas de todos lados. No sabemos ni cómo, ni a quién le están pagando o quiénes les están dando el permiso", comentó.



Mencionó que la mayoría de los vecinos de la congregación El Castillo está sin agua, y que la extracción indiscriminada es una posible causa del desabasto.

"Ahorita el pueblo se unió y dijo 'hasta aquí señores', no solaparemos ni un acto más de saqueo", aclaró.

Explicó que en la congregación se ha observado la presencia de 70 pipas, las cuales llegan a hacer hasta 8 viajes diarios. Se sabe que cada pipa tiene un costo de hasta 2 mil pesos que se entrega al Comité del Agua.



"Vamos a tomar los caminos y vamos a exigir que las autoridades den la cara. Nosotros estamos dispuestos a proteger el agua", aseguró y añadió que dicha medida ya fue notificada al comisariado ejidal y a la Comisión Municipal del Agua.