La mala cultura de la alimentación es lo que causa sobrepeso, obesidad y diabetes en el país, por lo que prohibir la venta de comida “chatarra” a niños no servirán, opinó el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
Señaló que los malos hábitos alimenticios son también reflejo de la pobreza, pues a veces no hay otra opción.
Cervantes Merino comentó que ha recorrido la región serrana y afirmó que en muchos lugares toman refresco porque no tienen acceso a agua potable.
Por ello, el Obispo consideró que es complicado emitir un juicio y descalificar la comida “chatarra”, pues el problema también tiene que ver con otros elementos, como la falta de ejercicio.
Agregó que la importancia de una alimentación sana debe ser enseñada a los niños desde la primaria, reforzada en la secundaria y con campañas permanentes sobre los perjuicios de la comida chatarra, pero prohibir ésta, no es la solución.