A menos de una semana de la primera elección nacional del Poder Judicial en México, una gran parte de la población permanece ajena a este evento y, entre quienes están informados, pocos conocen el procedimiento de votación, así lo manifestó el politólogo y analista Juan Carlos Troncoso Torreblanca, quien calificó la elección como “una farsa mal montada”.
Subrayó la importancia de que los ciudadanos comprendan el contexto en el que se desarrolla este proceso electoral, recordando que su origen se debe a la falta de aprobación total de la reforma al Poder judicial presentada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Troncoso Torreblanca destacó que además de la confusión sobre el mecanismo de votación, muchos votantes ignoran las diferencias entre las diversas dependencias que se someterán a elección. Asimismo, advirtió que muchos de los candidatos apenas cumplen con los requisitos mínimos, lo que los convierte en opciones poco confiables.
“Existen postulantes que no deberían estar en la contienda; hay abogados con vínculos a narcotraficantes, individuos con procesos judiciales activos o relacionados con organizaciones políticas”, enfatizó.
Al respecto, diversas opiniones del padrón electoral reflejan un panorama preocupante. Un ciudadano expresó: “No tenía idea de que teníamos que realizar una votación por el Poder Judicial”. Por su parte, una ama de casa mencionó que ha escuchado de la elección pero desconoce quiénes son los candidatos y cómo se debe votar. Un maestro comentó que tampoco tenía conocimiento sobre este proceso electoral.
En un tono apático, un estudiante universitario admitió que no le interesa votar, por lo que no se ha informado sobre cómo será el proceso. Por último, un director de escuela, aunque tiene conocimiento del proceso electoral, se mostró inquieto ante la gran cantidad de información y candidatos, manifestando su duda sobre cómo hacer una buena elección.
En ese sentido, el politólogo Troncoso asegura que la falta de propaganda y buena información sobre el tema harán que el voto de dicha elección sea el llamado “voto duro”, ya que sólo los interesados partidistas llevarán a su gente a votar, ya con los nombres en la mano.
El académico de ciencias políticas concluyó que es imperativo establecer criterios más rigurosos en la selección de candidatos y realizar modificaciones sustanciales en el proceso electoral.