Mientras que la naranja temprana ya ha sido cosechada en alrededor del 70%, la producción de mandarina y otros cítricos de mesa, como aquellos que se consumen especialmente a gajos, será baja. Se prevé que esto ocasionará una disminución del circulante en lo que resta del último trimestre del año.
Actualmente, la tonelada de naranja temprana se cotiza en un promedio de 4 mil 500 pesos para la industria juguera y hasta en 7 mil pesos para el mercado. Sin embargo, solo queda el 30% de la fruta, según indicó Raúl García Hernández, comprador de temporada que comercializa en la Central de Abastos de la Ciudad de México.
Por su parte, Agustín Moreno, entrevistado en el Centro de Acopio de Estero, añadió que “hay poca mandarina y poca toronja, porque este año la producción disminuyó en un 60%”, como resultado de la escasa floración causada por la sequía que afectó a toda la región.
Las lluvias recientes son benéficas, pero no para la fruta que se está cosechando o está por ser cortada. En su lugar, contribuirán a una buena producción para el próximo ciclo, es decir, para el año siguiente. “Los árboles estarán descansados y habrá una mayor floración”, explicó.
Se estima que en el municipio hay alrededor de 60 mil hectáreas sembradas con diversas variedades de cítricos, la mayoría tardíos, mientras que la mandarina, que comenzará a cortarse en breve, ocupa apenas el 3% de esa superficie.
“La zona de mayor producción de mandarinas se encuentra hacia Montes de Oca y el Xúchil, en la ruta de Álamo hacia Tuxpan, pero no hay mucha fruta. Esto beneficiará al precio, pero también significa que habrá poca fruta de mesa, como las variedades Mónica, fremont, farch, satsuma y tangerina, cuya producción ha sido muy baja este año”, comentó Alfredo Hernández, vecino de esa zona.