De acuerdo al investigador, Juan Martín López Calva, los profesionistas de México atraviesan por una fuerte “crisis” de ética dado que la mayoría incurre en actos de corrupción, impunidad, plagios, por lo que es necesario realizar un cambio cultural fuerte pero urge empezar lo más pronto posible porque puede tardar generaciones.
Dijo que en la actualidad cada quien piensa en su beneficio personal, en el de su grupo, partido o donde más le va conviniendo, puesto que ya no existen las convicciones o ideologías, por lo que se atraviesa por una época en la que existe un debilitamiento de éstas y caen en lo pragmático.
“Donde me ofrecen más ahí voy y eso sí es un desafío ético, no porque volvamos al pasado sino porque si necesitamos profesionales que actúen con mayor responsabilidad social, necesitamos cambios tanto en el profesional, en cómo se forma el profesional, cómo en la parte de la estructura social, porque sin estructura social no se ponen ciertas condiciones para que las conductas no éticas se sancionen entonces no va a haber muchas posibilidades de revertir el proceso”.
Indicó que lo que se debe realizar para evitar conductas no éticas, es aplicar las cuestiones de transparencia, rendición de cuentas, la función pública se audite por parte no sólo de instancias sino también de la sociedad.
“Que el profesionista se acostumbre a rendir cuentas de sus actos y que no haya impunidad, porque este problema de la impunidad hace que lo no ético esté predominando”.
Aseguró que la crisis de ética es generalizada aunque en las profesiones de humanidades probablemente existe un poco más de cuidado con ello, aunque no es una garantía.
“También en las profesiones de humanidades se dan fenómenos no éticos, en la misma academia hay investigadores en el grupo y en una red que tenemos nacional que estamos haciendo conductas no éticas incluso de investigadores nacionales, incluso se dan fenómenos como el plagio, el autoplagio, como la autoría no debida, no correcta de los artículos”.
De tal forma que aún entre los profesores de disciplinas académicas o educativas que se supone habría más ética también atraviesa por este fenómeno de presión social.
Mencionó que la ética se debería de trabajar desde la infancia para tener una visión distinta desde preescolar y educación básica para poder cambiar los enfoques.
“Ir educando la libertad de los niños, de los jóvenes y que aprendan a vivir en esta sociedad compleja, enfrentar esas tensiones, contradicciones, dilemas, saber que no somos buenos, no somos malos sino que hay que ir tomando decisiones asumiendo riesgo y hay que ir haciéndolo lo más responsable que se pueda”.
Desde el estacionarse en doble fila se le está dando un mal ejemplo a los menores porque con ello se les demuestra que no existe la ética y por el contrario vean que todo se puede hacer y sin consecuencias.