Entre aplausos, las cenizas del exgobernador Fidel Herrera fueron recibidas en la Catedral Metropolitana de Xalapa, en manos de su hijo Javier Herrera Borunda.
“Muy felices, muy contentos por esto que está sucediendo, nos contemplan acompañando al tío Fide en oración”, comentó Herrera Borunda, mientras subía las escaleras de la Catedral y ciudadanos se acercaban para darle el pésame.
El acto se realizó posterior al homenaje que recibieron sus restos en el Congreso del Estado de Veracruz. Con una misa presidida por el párroco Ignacio Barrera, la Catedral se llenó de familiares, conocidos y simpatizantes del exgobernador. El recinto fue adornado con flores y un cuadro del exmandatario.
“Es precisamente cuando algún ser querido muere que tenemos la oportunidad de analizar, sigamos por el buen camino. Hoy estamos aquí para pedir al Señor por el eterno descanso de nuestro hermano Fidel, pero su muerte puede ser para nosotros una oportunidad, conscientes de que vamos por el mismo camino, de que algún día llegará también el momento de dejar este mundo”, dijo Barrera.
El sacerdote recordó que Fidel Herrera depende de las oraciones de la Iglesia, por lo que en este acto rezan para que el Señor perdone sus pecados y le permita gozar de la paz y la felicidad eterna, un acto que —apuntó— la Iglesia siempre realiza por cada difunto.
“La Iglesia siempre suplica a Dios por aquellos hermanos que se han adelantado en el camino, para que el Señor no tome en cuenta sus errores sino sus infamias. Hemos de tener clara una cosa: todos los seres humanos vivimos en este mundo y todos tenemos luces y sombras en nuestra historia. Ningún ser humano es perfecto, somos personas en el proceso de la perfección, y esa perfección la alcanzaremos hasta que llegamos a la presencia del Señor. Pero mientras estamos en esta vida, a veces acertamos, a veces nos equivocamos, a veces hacemos cosas buenas, a veces hacemos cosas malas. Es la realidad del ser humano”.