Rechazo a tipificar feminicidio es resistencia cultural, afirma Teresa del Carmen Incháustegui

Para los jueces, las mujeres deben ser santas o prostitutas, por lo que las leyes no son justas para el sexo femenino, aseveró la diputada federal Teresa del Carmen Incháustegui, quien dijo que los diputados y senadores se resisten a aprobar las iniciativas que tipifiquen el feminicidio.

“Bajo la forma de delitos de honor, homicidios, por infidelidad, de estados de emoción violenta, se atenúa las penalidades para quien privó de la vida a una mujer”, destacó a la vez que recordó que las maneras de morir de las mujeres no son las mismas que los hombres ya que mueren después de ser violadas, ultrajadas o lesionadas.

Informó que a lo largo de tres legislaturas, ocho iniciativas que han buscado se tipifique el feminicidio, no han sido aprobadas, solamente una ha sido votada.

Para la legisladora no hay intereses, “más bien hay una resistencia cultural” y consideró que hay falta de comprensión de los diputados.

La presidenta de la Comisión de Conocer y dar Seguimiento Puntual y Exhaustivo a las Acciones que han emprendido las autoridades competentes en Relación a los Feminicidios Registrados en México, opinó que es una forma de torcer la ley porque lo que han hecho las legisladoras es direccionar sus iniciativas hacia un género.

Afirmó que los congresistas no comprenden la situación de las mujeres ante el derecho penal cuyo texto sigue favoreciendo a los hombres.

“El derecho nunca ha sido neutral, porque está demostrado que cuando lo comete una mujer se intensifican las penas. Los jueces son más rigurosos, se piensa que las mujeres deben ser santas o prostitutas, y cuando hacen algo malo, todo el peso de la ley contra ellas”, manifestó.

Afirmó que las reuniones de trabajo con la comisión especial que encabeza sobre feminicidios con procuradores y fiscales de diversos estados del país han sido fructíferas porque ahora pueden contar con información directa de las procuradurías estatales, porque no se contaba con un registro nacional sobre feminicidios, cuyos datos ahora están siendo compilados por las procuradurías.

Cabe destacar, según esta Comisión Especial, entre 1986 y 2004, la violencia social en México bajó, mientras que la violencia hacia la mujer aumentó; en cinco entidades del país aumentó en un 500 por ciento y en diez entidades el cien por ciento.