La salud mental relacionada a COVID-19 puede afectar física, emocional, económica, social y psicológicamente, ya que es una realidad que toda la población se enfrente a una enfermedad “nueva y desconocida”, refirió el director del Instituto Veracruzano de la Salud Mental, Victor Manuel Villanueva, al señalar que el confinamiento puede generar: miedo, frustración, enojo, ambivalencia, desorganización, aburrimiento, tristeza, soledad, encierro, ansiedad y hasta suicidio.
El especialista explicó que cuando se enfrenta una crisis de cualquier tipo, el miedo y la ansiedad es inevitable y son respuestas normales y naturales a situaciones desafiantes de peligro e incertidumbre.
Definió que aunque es completamente natural que las personas generen esas preocupaciones, en cuanto más se centren en lo que no está bajo control, más desesperados o ansiosos se sentirán.
“Como nos dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): sin salud mental, no hay salud, entonces, lo más útil que cualquiera puede hacer en cualquier tipo de crisis, relacionada con el coronavirus o de otras similares es: concentrarse en lo que está bajo su control”, recomendó.
Y es que destacó que lo que se haga aquí y ahora, puede marcar una gran diferencia tanto para la persona, con quienes convive y con la comunidad que le rodea.
Dejó en claro que la situación vinculada con la pandemia y el confinamiento es un estresor que puede incidir en la calidad de vida, generando algunas de las siguientes emociones:
Miedo: A perder la salud, a las posibles consecuencias de la enfermedad, a la falta de recursos, etcétera.
Frustración: Esta sensación de pérdida de libertad, de dificultad en llevar adelante proyectos y actividades personales.
Enojo: Suele ocurrir cuando experimentamos la sensación de que está ocurriendo un hecho injusto, lo que puede provocar conductas irresponsables como salir de casa o iniciar pleitos.
Ambivalencia: Es posible sentir alivio por estar en casa, pero también emociones como miedo, frustración o enojo.
Desorganización: El hecho de no poder continuar con la propia rutina es un factor que desorganiza la estructura, ya que se pierde la sensación de control.
Aburrimiento: El aislamiento provoca que la posibilidad de vincularse para compartir tiempo con otros se reduzca significativamente, con lo cual las actividades de ocio y esparcimiento disminuyen.
Tristeza: Esta situación puede darse por la ruptura de la cotidianeidad, también puede agravarse con el aislamiento y por tener contacto reiterado con noticias negativas.
Sentimiento de soledad: La falta de vinculación puede provocar una sensación de soledad y agravarse especialmente en aquellas personas que viven solas.
Sensación de encierro: El aislamiento puede provocar agobio.
Ansiedad: La situación puede provocar sensaciones desagradables con relación a la incertidumbre.
Suicidio: Puede incrementarse la suicidabilidad por la presencia de la instalación de la pandemia actual, al encontrarse estresores y disminución de los factores protectores o las redes de apoyo.
En este último, explicó que en el caso del suicidio, se basa la atención en el programa nacional de la prevención del suicidio involucrando cuatro ejes: detección, acompañamiento, intervención y seguimiento.
Ante ello, emitió las siguientes recomendaciones:
1.- Demuestre empatía hacia todas las personas afectadas, dentro de un país dado o procedentes de cualquier país, cada persona puede contribuir a reducir los riesgos a nivel individual, familiar, comunitario y social; fomentar la comunicación compasiva y comprometida.
2.-Disminución del estigma, tanto para el COVID, como para las personas con trastornos mentales, que se cataloga en las poblaciones vulnerables; dignificar a las personas priorizando los derechos humanos.
3.- Minimice el tiempo que dedica a mirar, leer o escuchar noticias que le causen ansiedad o angustia, busque información De Fuentes confiables y tener a la mano información verídica, ya que ello puede ayudar a minimizar el miedo.
4.- Protéjase a usted mismo y brinde apoyo a otras personas; ayudar a otros que lo necesitan puede ser beneficioso, no solo para la persona que lo recibe sino también para quien lo ofrece.
5.- Reconozca la importancia de las personas que cuidan a otros y de los trabajadores de salud que se están ocupando de las personas con Covid-19 en su comunidad; reconozca asimismo el papel que desempeñan para salvar vidas y mantener seguros a sus seres queridos.
De igual modo, el especialista recordó que se debe fomentar la comunicación con personas de confianza o buscar ayuda con los expertos, no tener miedo de hablar de temas como el suicidio, alucinaciones, ansiedad y acercarse a los profesionales como son: psicologos, psiquiatras o simplemente a un centro de salud.
Para ello, expuso que la Secretaría de Salud puso a disposición el número 800 0123456 para resolver dudas sobre el tema; además también cuenta con el Instituto Veracruzano de Salud Mental, con número de las líneas de atención: 800 2603100 y/o 228 8145565 que son especiales para asistir alguna crisis, ya que se trata de servicios de urgencias a cargo de psicólogos a quienes se recurrir en caso de no poder controlar emociones, pensamientos y conductas, finalizó el funcionario estatal.