Reporta a grúa que maneja sin precaución y sin respetar semáforos, en Xalapa

La madrugada del sábado 12 de septiembre, cuando transitaba por la avenida Lázaro Cárdenas de Xalapa a las tres de la mañana con mi familia me percaté del operativo alcoholímetro en el sentido opuesto al que yo circulaba.

Yo continué circulando y al pasar del semáforo esquina con la avenida Xalapa al siguiente semáforo para retornar hacia Finanzas se me cerró agresivamente una grúa de la empresa Pentágono que transportaba un vehículo retirado de circulación durante el operativo, echándome su vehículo encima por lo cual detuve la marcha para evitar la colisión y un fatal accidente, ya que la plataforma se habría impactado a la altura de la cara de mis pasajeros entre los que se encontraba una niña y un bebé.

Todavía por si fuera poco se pasó los siguientes dos semáforos que estaban en rojo y aceleró observándose claramente que alcanzó una velocidad inmoderada sobre una superficie tan irregular como es en ese tramo de Finanzas, maltratando de esta manera el vehículo transportado.



Aquí hay que destacar tres cosas. Una es la prepotencia y las violaciones al reglamento de tránsito que cometen estos conductores de grúas contratadas por Seguridad Pública, de manera que yo creo que es igualmente peligroso un conductor ebrio, que un conductor de grúa que siente el respaldo de las autoridades y arremete con su unidad contra otros vehículos y no respeta los semáforos, lo que aparece como falta grave en el reglamento de tránsito vigente.

En segundo lugar transportaba un vehículo Tsuru III, Sedan blanco, detenido en el operativo, de manera que transportan vehículos sin la más mínima precaución, además de que por su imprudencia pudo ocasionar un accidente y la pérdida del vehículo ajeno.

Por último, ojalá los recursos de estas multas fueran de regreso a la sociedad en general, pero sólo sirven para beneficiar a unos cuantos como son los negocios de las grúas. Siempre es lo mismo, tranzas y abusos con el pretexto de una buena intención. Así lo dice la frase, “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”.



Atentamente

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