El director general del Grupo Promotor del Cerdo Mexicano, Francisco Quintana Damián, aseveró que el sector porcícola mexicano enfrenta su temporada de mayor consumo con una dependencia externa sin precedentes.
“Nuestras proyecciones se basan en datos sólidos. El consumo de carne de cerdo en México es dinámico y sigue creciendo. Los datos al cierre del tercer trimestre indican que el consumo aparente ya alcanzó los 2 millones 670 mil toneladas, lo que representa un crecimiento del 9.3 por ciento frente al mismo periodo de 2024”.
Añadió que este fuerte crecimiento en el volumen de ventas está garantizado hasta fin de año, impulsado por la demanda de las fiestas de diciembre. No obstante, señaló que sólo el 48 por ciento de este consumo aparente fue cubierto con producto nacional, mientras que el restante 52 por ciento provino de importaciones. “El aumento en las ventas depende hoy de la compra externa. Veremos un incremento acelerado en la importación. Los datos acumulados confirman esta tendencia: la importación de carne de cerdo creció aproximadamente un 10.4 por ciento hasta el tercer trimestre de 2025”.
Destacó que la cifra ya supera las importaciones totales del año pasado y lamentó que México se consolida como uno de los mayores importadores mundiales, un hecho que se intensificará para satisfacer la demanda récord de diciembre. “Es una realidad que debilita al productor nacional y nos expone a la volatilidad internacional. El consumidor sentirá el impacto en su bolsillo. Aunque los precios al productor se mantuvieron estables o con ligera baja, el precio al consumidor ha subido. El precio promedio de la carne de cerdo en el punto de venta creció en promedio un 4.8 por ciento en lo que va del año”.
Detalló que el principal motor de este incremento es el encarecimiento de las importaciones. El valor de la tonelada importada creció un 30.5 por ciento en comparación con 2024. “Al depender de estos volúmenes foráneos, trasladamos el costo de la inflación y las fluctuaciones del mercado internacional directamente al consumidor mexicano. El sector debe buscar la eficiencia productiva interna para ofrecer precios más justos y estables”.