Revisión de cabezas en el jardín “Ma. Montessori” humilló a alumnos y padres

Señor Director:

El día de ayer, sin previo aviso, la dirección del jardín de niños María Montessori, ubicado enfrente del Deportivo Colón, impidió el acceso a varios infantes bajo el argumento de que “tenían sucia la cabeza”.

El juicio de valor fue emitido por una “señora” que en la puerta sometía al escrutinio público a los niños avalada por la directora del jardín de nombre “Griselda”, quien se encargaba de gritar: “mamá de XXXXX” para luego señalar en voz alta frente a la aglomeración de padres de familia -quienes permanecían para saber los resultados de cada revisión- que el/la infante no podría accesar a la institución y que si mañana (es decir hoy) no estaba resuelto tampoco los recibiría.

La humillación pública se reflejó en el desconcierto de los niños que no alcanzaban a comprender qué sucedía y cuestionaban ¿Por qué no puedo entrar a mi escuela?, cayendo la directora con esta “estrategia” en una violación a los derechos humanos y educativos de los menores y sus tutores.

Considero que la inteligencia en la toma de decisiones es un elemento necesario en una administración escolar, yo estoy de acuerdo en combatir la epidemia de piojos que desde hace algunos años está manifestándose en las instituciones públicas y que no ha sido combatida por las autoridades sanitarias, pero en este caso concreto ¿era esa la única y mejor estrategia?.

Cada día se pegan carteles o se da aviso personal a los padres de familia sobre lo que acontecerá en la escuela en fechas próximas –sobre todo para pedir cooperaciones-, ¿por qué esta vez no se emitió el aviso?; ¿hubo intención de evidenciar, exhibir y etiquetar a los niños y tutores?. ¿Qué pasa entonces con el discurso de las reformas educativas que promueven la integración y la equidad?. ¿Se pensó en el daño moral a los afectados?.¿El juicio emitido es correcto?. ¿La “señora” está autorizada legalmente para emitirlo? o incurrió en difamación. Además, ¿de dónde salió, quién la eligió, con base en qué criterios? ¿La estrategia directiva tomó en cuenta la voz de la sociedad de padres de familia? ¿Las autoridades educativas conocen y avalan estos procedimientos?.

Expongo entonces mi indignación por la falta de ética profesional evidenciada por la administración y cuerpo docente del Jardín, ojalá las suspensiones de clases que se deben a los famosos TGA contemplen la formación de verdaderas competencias profesionales,-en este caso para la gestión y atención educativa de los estudiantes- pues no sólo basta cubrir el perfil y los conocimientos teóricos sobre la disciplina, hay que “saber hacer” y guiarse con ética y valores en los procesos cotidianos. Concluyo: ¿Quién tiene más sucia la cabeza?.

Gracias