En una mañana llena de solemnidad y sensibilidad artística, familiares, músicos, historiadores y ciudadanos se reunieron en el Panteón Municipal de Xico para rendir homenaje al maestro Gilberto Cervantes Quiroz, a 73 años de su fallecimiento. El acto, celebrado cerca de su tumba del compositor xiqueño, fue un emotivo tributo a su vida, su obra y su legado musical, aún vigente entre las nuevas generaciones.
La ceremonia dio inicio con un discurso pronunciado por José Ignacio González Razo, quien hizo un profundo recuento de la vida del maestro Cervantes, desde sus orígenes en Perote hasta su llegada a Xico, pasando por su legado como compositor autodidacta y su inolvidable vals “El Pobre Artista”.
Las palabras resonaron entre los asistentes cuando se recordó uno de los versos más conmovedores de esta pieza escrita en 1914: “Ya termina al fin mi vida y nunca una ilusión que realizar. Ya la gloria está escondida, la gloria que soñé gozar.” Sin embargo, como bien se subrayó en el discurso, la gloria que Gilberto soñó hoy se le rinde con emotividad y gratitud.
A continuación, el joven pianista Gerardo Yoval Salas, promesa musical de Xico, ofreció dos interpretaciones que enmarcaron con belleza clásica el homenaje: el Minueto en Sol menor BWV Anh. 115 de Johann Sebastian Bach y el Vals en La menor Op. Posth. B.150 de Frédéric Chopin, así como Gnossienne No. 1 de Erik Satie obras que evocaron el espíritu de la música romántica que tanto inspiró a Cervantes. Posteriormente, el propio José Ignacio González rindió tributo al maestro con una sentida interpretación del Réquiem de Orfeo, llenando de solemnidad el espacio.
Uno de los momentos más esperados fue la interpretación, por parte de la maestra Julia Galván, de la obra más representativa de Gilberto Cervantes: “El Pobre Artista”. Esta pieza, compuesta en 1914 y considerada un himno sentimental de la región, fue interpretada con gran emoción justo frente a la tumba del compositor, en un acto simbólico cargado de historia.
Como regalo final para los presentes, la maestra Galván ofreció la interpretación de una pieza rara y casi desconocida: “Danza Mía”, obra del propio Cervantes que no se interpretaba desde hace décadas y de la que no se tiene registro en grabaciones. El público asistente fue testigo de un reestreno histórico, aplaudido con respeto y admiración.
El homenaje cerró con una participación del cronista de Xico, quien ofreció una explicación detallada del árbol genealógico de la familia Cervantes Quiroz. Su intervención, llena de anécdotas, contexto histórico y emoción, permitió a los asistentes comprender aún más la importancia de esta familia en la vida cultural de la región. El evento no solo reafirmó el lugar de Gilberto Cervantes Quiroz como una figura clave de la identidad musical de Xico, sino que también evidenció el compromiso de la comunidad por preservar y difundir su obra para las futuras generaciones.