De sol a sol y en plena calle, Rafael ha vendido periódicos durante 20 años.
Es su forma de ganarse la vida, su rutina diaria, su sustento. Pero con el paso del tiempo, esa fuente de ingreso comenzó a reducirse. Cada día vende menos ejemplares y cada venta le deja menos ganancia. El voceador aprovecha la luz roja del semáforo en la esquina de las avenidas Ávila Camacho y Úrsulo Galván, en Xalapa, para desplazarse entre los vehículos y ofrecer las noticias del día a los automovilistas.
Pero la demanda cambió. Antes ofrecía al menos cinco periódicos de distintas casas editoriales; hoy, solo un impreso permanece disponible. "Pues ya los medios digitales pasaron a derrumbar todo lo que es la imprenta, porque actualmente ya el periódico ya no se vende", lamenta.
Cuando comenzó, vendía al menos 50 ejemplares al día, con una ganancia de un peso por unidad. Hoy apenas logra colocar cinco, con una ganancia de cuatro pesos por ejemplar. Para completar el ingreso, vende dulces y chicles en la calle. "Principalmente los dulces son los que me sacan adelante, porque realmente el periódico ya no. Ya no. Ya nada más es para los pasajes, prácticamente", explica Rafael.
Los "otros" voceadores
Rafael es uno de los miles de afectados por la debacle de la lectura de medios impresos en México. Entre 2015 y 2024, el hábito de consultar periódicos en papel cayó más de 30 puntos porcentuales, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), pasando de 49.4% a 17.8% de lectores.
A esta pérdida se suma el protagonismo creciente de los influencers y creadores de contenido como fuentes de información en redes sociales. El Digital News Report 2024, del Instituto Reuters, advierte que este fenómeno, sumado a los constantes señalamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia periodistas y medios, ha tenido un impacto negativo en la percepción de credibilidad de la prensa tradicional.
Según el mismo informe, el consumo de medios tradicionales —impresos, televisión y portales web— muestra una tendencia constante a la baja. Solo tres medios mexicanos mantienen niveles aceptables de credibilidad: CNN, El Universal e Imagen Noticias. Sin embargo, incluso estos han visto una reducción en la confianza ciudadana: de 49% en 2017 a 35% en 2024, según el análisis de Verificado.
Hoy, el 50% de los usuarios mexicanos se informa a través de Facebook, seguido por YouTube (34%), WhatsApp (28%), TikTok (18%), X (antes Twitter, con 14%) e Instagram (13%). TikTok ha ganado terreno como fuente de información noticiosa entre jóvenes, con una penetración del 18% en México, lo que refleja una transformación profunda en los canales de consumo.
La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) encendió las alarmas: en 2012 se vendían alrededor de 5 millones de ejemplares diarios; para 2024, apenas 2 millones, una reducción del 60%. La Encuesta Nacional de Lectura 2023 también refleja un panorama poco alentador: el promedio de libros leídos por persona al año es de apenas 3.4, y el formato digital ya representa más del 30% del consumo entre lectores jóvenes. Por su parte, el Módulo de Lectura (MOLEC) del INEGI muestra que la población lectora en general cayó 14.6% entre 2015 y 2024. La baja no se limita al periódico impreso: afecta también a revistas, blogs, cómics, libros y otras publicaciones.
Uno de los grupos más afectados es el de 35 a 44 años, donde la lectura descendió de 63.8% en 2015 a apenas 22.1% en 2024. Mientras las cifras confirman la crisis, Rafael sigue su ruta entre coches y banquetas, con su voz firme y los periódicos bajo el brazo. Pero sabe que su oficio —como el papel que vende— se está volviendo historia. "Ya es muy difícil que vuelva a recuperarse esto", finaliza.