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Sección: Estado de Veracruz

Sepultan al líder cetemista Javier Pulido, en Acayucan

Sus compañeros, con pancartas, piden justicia para el transportista ultimado ayer

C?sar Gonz?lez Paulino Acayucan, Ver. 09/02/2012

alcalorpolitico.com


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“Sr. Subprocurador, queremos justicia” “Que no quede impune”. Decían algunas cartulinas colocadas en los parabrisas de los camiones de volteo y taxis, que se encontraban estacionados en hilera, afuera de la Parroquia San Martín Obispo. Una muda exigencia que no requería de palabras o entrevistas, ante el dolor de la familia del transportista quien ocupaba el cargo de secretario del trabajo de la unión de propietarios de camiones para transporte de carga y materiales de Acayucan, adherido a la CTM, Javier Pulido Zárate, lamentablemente asesinado la mañana de ayer (Miércoles).

A las cuatro de la tarde de hoy, se ofició una misa de cuerpo presente del joven transportista. Las calles Hidalgo y Victoria, -paralelas a la iglesia- se encontraban abarrotadas de autos. Y al interior de ella había más de quinientas personas que acompañaron a los familiares del finado.

“(…) para morir hay que vivir, entre tus manos confío en ti”. Era el coro que se podía escuchar.

Al término de la misa, los asistentes salieron de la iglesia y se dirigieron a la calle Victoria. Los camiones de volteo y taxis que se encontraban afuera estacionados se unieron al contigente. Llanto, dolor, caras tristes, es lo que se puedo apreciar. Un grupo mariachi apareció de repente; ajustó sus instrumentos musicales e interpretó una canción poco antes de ser subido el ataúd a la carrosa. “Yo sé bien que estoy afuera y el día que yo (…) pero sigo siendo el rey”, fue la interpretación que se dejó escuchar entre los asistentes.

La multitud caminó despacio avanzando por las calles Victoria, Marco Antonio Muñoz, Miguel Alemán, hasta llegar a la calle Dolores, en todo momento resguardados por patrullas de policía de tránsito, quien desviaba el tráfico vehicular y así, el contingente llegara sin contratiempos al panteón municipal.

Ya en el panteón, el llanto fue mayor. Un dolor que no se puede explicar con palabras.

Ahí fue el último adiós a Javier Pulido. Pero no el último recuerdo. Sus familiares, amigos y amistades lo tendrán siempre en su memoria.

Que en paz descanse.