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Sección: Cultura

Serie sobre agresión a actores de Cúcura y Mácara, testimonio de la intolerancia

- Era una necesidad exponerla, dijo Héctor Meraz, quien participó en dicha puesta en escena

- Hace 40 años, él y su compañeros fueron golpeados durante una presentación en CDMX

- La lectura dramatizada es para conocer nuestra historia y “no dar carpetazo”

Arturo Benjamín Pérez Xalapa, Ver. 12/07/2021

alcalorpolitico.com


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A iniciativa del actor Héctor Moraz, integrante de la Compañía Organización Teatral Universitaria (ORTEUV), la Universidad Veracruzana conmemoró con una lectura dramatizada y la producción de una miniserie titulada “Cúcara y Mácara”, los 40 años del asalto que un supuesto grupo de jóvenes católicos perpetraran en contra de actores universitarios en plena puesta en escena de la obra del dramaturgo Óscar Liera en el teatro “Juan Ruiz de Alarcón”, de la UNAM, en la Ciudad de México.

“Era una necesidad de hace 40 años, ya tengo 64. Decidí que lo que me resta de vida tenía que dejar un testimonio para que los jóvenes conozcan hasta dónde llega la intolerancia. Por eso invité a los compañeros que formamos parte de la puesta en escena para compartir testimonio para la posterioridad".

“Hubo lectura dramatizada que se grabó y saldrá al aire en agosto”, adelantó el actor que esto se hizo para que “haya un testimonio; esa es la razón, una pequeña parte de la población está enterada de qué ocurrió. Fueron pocos los que lo sabían. Siempre he tenido ese cosquilleo, cada año lo subía en Facebook. Parece que las autoridades dieron un carpetazo pero ese carpetazo no puede quedar en el olvido, no puede ser que hayamos vivido algo tan fuerte y que se deje pasar así nomás".



“¿Qué pasó con la libertad de expresión, que pasó con las investigaciones? A muchos no les importa porque no conocen la situación. Ahora, cuando lo cuento, la gente no puede creerlo, no saben en qué país vivimos, cómo fue en los 80. No pueden ni imaginarse que ocurrió algo tan espantoso. Nosotros somos testimonio que sí ocurrió".

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“¿Por qué se me ocurrió tomar talleres libres de actuación? -reflexiona y se responde- Por querer compartir con los compañeros de la Facultad de Arquitectura. Pedí a Arturo Messeguer que diera un taller en mi escuela, donde participaron compañeros como Julio Peláez y Carmen Kicherman, entre otros, para la puesta en escena de ‘Prometeo Encadenado’”.



“Participé en los talleres de actuación de ‘La Caja’. No sabía nada de teatro y, aun así, me aventé para dar el beso en la puesta en escena de ‘Santa Catarina’, del dramaturgo Óscar Liera. En cada función se salió mucha gente, no soportaba el trato que daba el director. Desde el escenario escuchaba cómo las butacas se movían pero callaban cuando era el beso, parecía que lo esperaban. Las butacas en cada inicio empezaban a sonar; entonces, en pleno beso, silencio total. Todos, pendientes”.

“A las personas que no les gustó, se salían, sobre todo adultos, en silencio. El asistente nos confirmaba cuántos, antes de concluir la función. Era mi primera obra, tuve la fortuna que me dirigiera Enrique Pineda; no cualquiera tiene esa gran oportunidad ahora. Imagina a un chamaco baboso de 23 años que me dirija una persona de tal calidad y talento, fue toda una maravillosa sorpresa que nunca esperé en mi vida", exclama orgulloso y sonriente.

“Tuve que abandonar la Facultad de Arquitectura al integrarme a ‘La Infantería’. Francamente no queríamos irnos de aquí, nada fácil el pensar abandonar Xalapa. De alguna manera, no hicimos el intento, nos pagaban con una beca que, la verdad, no alcanzaba ni para viajar, menos para una estancia en Coatzacoalcos".



“Cuando ‘La infantería’ se creó, la puesta en escena de ‘Santa Catarina’ fue una manera de ver las posibilidades de reunir a una serie de gente, de ver qué salía de ahí, qué posibilidades había de formar la compañía. Nos vamos a Coatzacoalcos y entonces fue cuando Enrique pidió: ‘Decídanse, nos vamos a Coatza; tendríamos muchas salidas, no estar en la escuela, sólo en la compañía’. Toda una decisión".

“Muchas anécdotas. Cierta ocasión que nos presentamos en Orizaba, se fue la luz, iluminados sólo con veladoras, creo que fue en el ESBO. Se dio tercera llamada y se apagó la luz pero no se abrió el telón hasta que ‘Cheché’ Caballero (Josué Morales Caballero), uno de los compañeros, entró al escenario con una vela para avisar al público: ‘Cuando llegue la luz, continuamos’".

“Ni siquiera sabía lo que era una compañía ni lo que ganaría. Era una cantidad miserable pero todos con entusiasmo, recuerdo a Juan Sahagún, Salvador Bastar, más de 40 años sin verlo".



“En marzo montamos ‘Santa Catarina’, ‘Cucara y Mácara’ en diciembre. Decidimos todos participar".

LA GOLPIZA

“La obra ‘Cúcara y Mácara’ resultó polémica. Causó escozor en un pequeño sector católico de la ciudad. En una de nuestras presentaciones (hubo) un grupo de católicos, acompañados de niños, sentados todos en las últimas filas. Al terminar la función, entonaron canciones religiosas. Eso fue a lo más que llegaron”.



En la Ciudad de México, al terminar la temporada de “Cúcara y Mácara”, en el teatro “Milán”, donde a pesar de las amenazas no pasó a mayores, el grupo universitario se trasladó a la UNAM, en el teatro “Juan Ruiz de Alarcón”, donde tuvo lugar el atentado, en pleno escenario.

“Por eso hice el video, por eso nació la idea, la conmemoración con lectura dramatizada. ¿Qué pasó con la investigación del incidente? ¿Se dio carpetazo? Finalmente, ¿a quién investigar? ¿A la iglesia? ¿Al Muro? ¿Al PAN? En los 80 resultó imposible investigar, con López Portillo como presidente. La política con la Iglesia, en esa época, fue una situación que permitió dar carpetazo".

“Los culpables fueron todos, los que nos golpearon no eran católicos, eran chavos veinteañeros. Los que fueron a cantar en Xalapa eran adultos acompañados de niños. Los que subieron al escenario en el ‘Juan Ruiz de Alarcón’ -nosotros los vimos- estaban sentados en las primeras filas al frente. Eran chamacos, no eran católicos, muchachos a los que les pagaron 200 pesos a cada uno".



“Después del incidente nos encontramos con adultos que dijeron: ‘No las sume a mis declaraciones porque no son oficiales pero no eran fanáticos católicos’. ‘Era gente pagada. Con razón me compraron 28 boletos’, me dijo el taquillero para enseguida insistir: ‘No eran católicos, portaban mezclilla, chamarra, nada que ver con la Iglesia’".

“¿Investigar al Muro? ¿Quién les pagó? ¿Investigar al PAN? Eran dos filas de 20 asientos, de muchachos. Ignoro si eran o no universitarios. En el preciso momento en que ellos sabían que estábamos todos los actores en el escenario, ahí fue cuando subieron”.

“Nos golpearon, nos rompieron los huesos, salió mucha sangre. No es el caso lamentarse de algo tan sucio pero sí mantener vivo el recuerdo en la memoria de los mexicanos. Para conocer nuestra historia, no sólo de los héroes, sino del teatro, las artes, la música. No dar el carpetazo. Matar una obra de teatro porque les parece que va en contra de los intereses, así como quedó el beso de ‘Santa Catarina’, con mayor razón esto, algo tan vergonzoso para la Iglesia y el Estado".



“Aunque muramos, que quede constancia en los archivos de la historia de lo que son capaces de hacer las autoridades para acallar voces. No quiero morir sin dejar claro y a detalle cómo pasó todo esto".

“También es el momento de recordar a los muertos. Escenógrafo tan maravilloso como lo fue ‘El Pelón’ Bautista. El actor Hosmé Israel, otro gran actor, Rafael Cobos del Ángel, sin olvidar a Arturo Messeguer Lima. La puesta en escena de ‘Cúcara y Macara’ nunca, nunca hubiera sido sin ellos. Es necesario rendir tributo a su talento, a su apoyo. No quiero hablar sólo de mí, también subrayar que gracias al entonces rector de la Universidad Veracruzana, Roberto Bravo Garzón, le debemos la vida en sentido artístico. Es el autor de crear los grupos artísticos universitarios. Fue generador de semillas. Otro personaje que lo tenemos en el olvido, don Paco Beverido Duhalt, él nunca dejó de apoyar. Siempre abierto a que ‘La Infantería’ siguiera adelante".

“Con ‘Cúcara y Mácara’ nos corrieron. Gracias a la abogacía de Paco, gracias a ellos continuó 3 años más, con cosas interesantes, no tan trascendentales pero sí fueron trabajos valiosos que aportaron. Ahora, gracias a la pandemia, tuve el tiempo de hacer todo esto, todas las fotos eran vestigio de aquello, fue toda una sorpresa que lo logré".



"Héctor Moraz, un hombrezote, grandote, que recién me entero tiene un corazonsote. La verdad, no me sorprende, siempre ha sido generoso. A sus 64 años tuvo visita al médico, quien le confirmó que su corazón, es más grande que lo normal. Eso, yo ya lo sabía".

Para aquellos que quieran conocer la producción que la Organización Teatral Universitaria (ORTEUV) realizó de “Cúcara y Mácara”, se puede ver en YouTube, (https://www.youtube.com/watch?time_continue=5&v=uvJzu5pcNAU&feature=emb_logo)