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Sección: Estado de Veracruz

Servicio público no es un botín, debe atender necesidades sociales: Académico

El docente en Derecho UV, Manlio Fabio Casarín, afirmó que la administración estatal debe “moralizar” a sus funcionarios

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 14/10/2016

alcalorpolitico.com

El académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, Manlio Fabio Casarín León, definió que la administración estatal debe ir acompañada de una “moralización” de la función pública.

El doctor en derecho público Consideró que lograr esa moralización de los funcionarios será llamando a la ética del servicio público y aplicando los controles legales.

Entrevistado previo a la presentación de su libro, "Derecho Administrativo del Estado de Veracruz", hecho en colaboración con Jorge Fernández Ruiz, comentó que el texto llega en buen momento en el que la administración pública veracruzana necesita repensarse, reestructurar una gran cantidad de procesos y, sobre todo, volver al inicio, entender que la administración pública de ninguna manera puede verse como un fin en sí mismo.
“Como un botín, en este momento debemos reivindicar el papel de la administración pública como un medio exclusivamente para garantizar y materializar las necesidades sociales y el interés colectivo”, destacó.



Consideró que la sociedad debe involucrarse y conocer cómo funciona la administración pública, cuál es el marco normativo básico que le rige, pero también en todo momento, defendiendo con todas sus fuerzas y las vías institucionales, cuál es el papel histórico que le corresponde a una estructura que debe estar al servicio del ciudadano.
Casarín León expresó que la administración pública es como el aire que respiramos, no se siente, pero ahí está, se pasa desapercibida y sin embargo, está presente desde que se abre el grifo del agua, se activa la luz, cuando se ve al policía en la calle, entre muchos otros servidores.

Esa sola circunstancia, afirmó, exige que los ciudadanos luchen por que la organización de las instituciones administrativas sirvan en función de sus intereses.

Casarín León consideró que todo lo anterior debe ir acompañado de una “moralización” de la función pública.



“Esto se va perdiendo en la inercia, en la cotidianidad y es importante hacer un alto en el camino, un alto con toda la exigencia porque los problemas de la sociedad que son muchos, necesitan en este momento tratarse de gestionar, de proponer alternativas y partir de debates que atiendan lo esencial, erradicar la unilateralidad, la arbitrariedad y ante todo, soluciones deliberativas y justificadas en beneficio social, no puede haber algún otro tipo de decisión”, dijo.

El docente de la UV señaló que no sólo en México sino en otras latitudes permea la desconfianza, la falta de credibilidad, el desencanto en las instituciones, lo cual no se puede permitir por parte de los ciudadanos, porque es más importante la convivencia, la paz y la estabilidad social, que coyunturas políticas, de gobierno, que a lo mejor no entienden cuál es el papel del funcionario o de la función pública, pero que es necesario revertir en estos momentos.