“Si te vas al Seminario dejarás de ser mi hijo”, le dijo su padre al presbítero Suazo Reyes

Para celebrar el XXV aniversario de ordenación sacerdotal del presbítero José Manuel Suazo Reyes, se ofició una misa en el auditorio del Seminario Mayor, encabezada por el arzobispo Hipólito Reyes Larios.

En la celebración, Suazo también estuvo acompañado por su madre, hermanos, primos y el cardenal de México, Sergio Obeso Rivera, quien reconoció su trabajo en favor de la Iglesia y de Dios.

Después de escuchar la homilía, el sacerdote celebrado recordó y compartió con los asistentes lo difícil que fue darle la noticia a su padre sobre su decisión de irse a estudiar al Seminario.

Suazo Reyes fue el noveno de 10 hijos, de una familia originaria de Tecama, Tomatlán; sin embargo, siempre supo que su vocación era ser sacerdote al lado de Dios y de la Iglesia Católica.

“A los 17 años opté por ingresar al Seminario y esa decisión marcó el rumbo de mi vida”, dijo.

Relató que desde muy joven descubrió que quería dedicar su vida a ayudar a la gente, a la Iglesia y a Dios, por ello buscó al padre Andrés Vázquez, quien lo cuestionó sobre sus deseos de ser sacerdote.

“Deseaba ser sacerdote porque quería ayudar a la gente, porque me gustaría anunciar la palabra de Dios y quería dedicar mi vida al servicio de los demás”.

Después de ello, el sacerdote Andrés Vázquez se dirigió a su casa para avisarle a su familia sobre los deseos de Suazo Reyes y ahí se dio el primer “encontronazo” entre su padre y su vocador.

“El padre Andrés le dijo a mi papá que yo quería ser sacerdote y me iría a estudiar al Seminario, a lo que mi padre respondió: ‘sobre mi hijo decido yo’ y a pesar de la insistencia mi papá no cambió de parecer ni de actitud, porque veía invadido su espacio y su familia”.

Tras la discusión, Suazo pensó que el sacerdote Andrés Vázquez no regresaría a su casa, pero lo tranquilizó al decirle que no era la primera vez que lo recibían así y lo siguió apoyando.

Así, llegó el día en que se despidió de su familia para irse al Seminario, no obstante, su papá lo desconoció pero él no desistió de seguir su camino junto a Dios.

“'Si te vas al Seminario dejarás de ser mi hijo', me dijo mi padre, a lo que le respondí: ‘Padre, en la vida sólo he tenido uno y ese es usted, podrá desconocerme y desheredarme; podrá prohibirme que entre en su casa, yo iré al Seminario y lo seguiré respetando como el único padre que Dios me dio'”.

Hoy, a casi de tres décadas de haber tomado esa decisión y seguir su camino al Seminario, celebra 25 años de su ordenación sacerdotal; por lo que agradeció a Dios la experiencia y el camino recorrido.

“Es un momento de agradecimiento a Dios porque su misericordia ha sido muy grande conmigo, en principio regalándome esta vocación sacerdotal que hoy estoy celebrando, ya son 25 años de haber sido consagrado, para mí es un momento de gratitud a Dios, a la Iglesia y a la comunidad cristiana”.

Asimismo, mencionó que su vida sacerdotal la divide en tres: académica, pastoral y la comunicación, como vocero de la Arquidiócesis.

“Los primeros 10 años como sacerdote fueron en el ámbito académico, porque fue cuando yo me formé en Roma, hice una especialidad, me dediqué más a la docencia, colaboré como formador en el Seminario. Los siguientes 10 años comenzó mi vida pastoral trabajando en una parroquia y estuve a cargo de una comunidad aquí en Xalapa, (...) en cuanto a la comunicación, comenzó al entrar en contacto con muchos hermanos periodistas”.