Suman más de 30 pérdidas humanas a consecuencia de la sobre explotación de los arenales de las comunidades de Manzanatitla, Tecoa, Boquerón, Xaltenango y Tetelzingo durante tres décadas. Como consecuencia de la extracción en minas que se derrumbaban y deslaves, por ello decenas de familias corren riesgos y algunas temen por su seguridad.
Ezequiel Barojas Vázquez, comandante auxiliar de la comunidad de Tecoa, informó que en las comunidades aledañas se ubican aproximadamente 7 bancos de arena y piedra, mismos que son considerados para algunos de los habitantes una oportunidad laboral, pues aunque habitan en la zona entre 800 y mil personas, de las cuales la mayoría se dedica a labores del campo, hay aproximadamente 100 personas que trabajan en las minas.
Los salarios van desde el mínimo para los chalanes, hasta 900 a 1500 semanales para los choferes y oficiales, sin embargo hay quienes se dedican a la cosecha de maíz y papa, pero en busca de oportunidades una gran mayoría de personas a emigrado a trabajar a la ciudad de México en labores domésticas y albañiles, pero hay quienes se plantean metas más grandes como llegar a Estados Unidos a ganar dólares.
La autoridad comunitaria indicó que la explotación de los arenales inició desde la década de los 80’s, en esos años los trabajos que se realizaban eran manuales, con pico y pala, los primeros accidentes se daban porque se hacían túneles y tras la sobre explotación se derrumbaban las minas.
Se cambió al uso de maquinaria, la cual persiste, pero aunque algunos bancos de arena cuentan con permisos de la Semarnat y Profepa, se están sobreexplotando y lo que provoca grandes desgajamiento de los cerros, además hay quienes operan de manera ilegal al no respetar los límites. “Los únicos que pagan las consecuencias son los empleados y no los propietarios de los bancos, ellos ni están aquí, ellos se llevan las ganancias y al final los afectados son las familias”.
“Aunque tienen permisos las autoridades deben de ver que ya está provocando un problema ecológico y ya no debemos atentar contra la naturaleza por ello, se le pedirá al Gobierno Federal pare esto, para que en lo futuro ya no se vuelvan a tener tragedias como la del lunes”.
Recordó que desde los años 80’s se empezaron a perder vidas en la explotación de minas, contó entre 20 a 25 personas, y ahora suman las 13 fallecidas de las familias que vivían en el Boquerón, que además de la explotación es una zona en la que la humedad afecta los suelos y los reblandece provocando también con facilidad los derrumbes.
No descarta que haya otro derrumbe, por las constantes lluvias y por la explotación de los cerros.