Sociedad debe presionar para reducir rezago educativo, los políticos no harán nada: Oppenheimer

“El mundo se encuentra en la era de la economía del conocimiento, y sólo con la educación se podrá lograr un desarrollo económico en las naciones de América Latina. Es por ello que la Educación debe ser el centro de la agenda política y social, las acciones para un verdadero cambio son esfuerzos que llevan 20 años, pero a los políticos solo planean en función de sexenios y temen enfrentar a los sindicatos, por eso la presión para una verdadera calidad educativa debe surgir de la sociedad”, afirmó el periodista argentino Andrés Oppenheimer, en la conferencia denominada “El desafío educativo y tecnológico de México y América Latina”.

La diferencia entre los países asiáticos que se han mantenido en los primeros lugares en materia educativa con los países de América Latina, que se mantienen en los últimos lugares, es que “en Asia están obsesionados con el futuro, en cambio en América estamos obsesionados con el pasado, estamos desenterrando muertos”, afirmó Oppenheimer.

Otro factor determinante que ejemplifica la diferencia entre la ideología tanto de gobernartes como de ciudadanos de países como Singapur, con países como México o Argentina, es que los primeros tienen una 'paranoia constructiva' y los latinos un conformismo.

“Le preguntaba a los gobernantes en Singapur cómo le hacían para lograr estar en los primeros lugares a nivel educativo, y ellos respondían que no tenían nada que presumir, que países como China, Indonesia, India, estaban mejor que ellos; en cambio, en México en una encuesta a la población sobre si estaban satisfechos con el nivel de educación, la mayoría dijo que sí”, comentó el periodista argentino.

Esta paranoia constructiva, de los países asiáticos, los impulsa a invertir cada vez más dinero en educación y tecnología.

De acuerdo a los últimos resultados del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), que contempla la comprensión de lectura, matemáticas y ciencias aplicados a jóvenes de 15 años, Shangai ocupó el primer sitio, en segundo lugar Corea del Sur, en tercer lugar Singapur, en cuarto Finlandia; Estados Unidos quedó en el lugar 17 y los países latinoamericanos quedaron en último lugar, México se ubica en el sitio 48.

“Este resultado es alarmante, y no es una cuestión de un régimen político, ni inversión de recursos”, dijo.

Cabe destacar que, comparando, los países asiáticos tienen sistemas políticos completamente distintos, China es una dictadura comunista, Singapur es una dictadura de derecha, India es una democracia, “son países que no tienen nada en común políticamente, lo único que tienen en común es que son países que están obsesionados con la educación, la ciencia y la tecnología”, enfatizó Oppenheimer.

En contraste, las universidades de los países latinoamericanos están generando demasiados humanistas, el ejemplo más claro de este aspecto es la abrupta diferencia entre el registro de patentes internacionales en el 2010 de México, que fue de 60, contra las 8 mil 800 patentes de Corea del Sur.

Oppenheimer comentó que sólo con un acuerdo apartidista a largo plazo, de la mano con una verdadera conciencia colectiva que genera presión social, se logrará avanzar en materia educativa, y por consecuencia se logrará un crecimiento económico que llegue a todos.

No hay metas nacionales en educación: Ebrard

El jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, afirmó que en México no existen metas nacionales compartidas, y subrayó que “ la educación debe ser nuestra causa primordial no es la guerra contra el narco, sí hay que combatir al narco, eso está bien, esa es una medida defensiva, lo que tenemos que lograr como país es construir la sociedad que se quiere para nuestros hijos”.

La causa por la que en el país existen problemas de pobreza y violencia es una baja educación.

Ebrard dijo que un primer paso es establecer objetivos y estrategias en el corto y mediano plazo, como incrementar del 30 al 60 por ciento el acceso a la educación superior del país para el año 2020.