Sociedad vive violencia por no cumplir con los 10 mandamientos: Arzobispo de Xalapa

En la misa de este domingo, el arzobispo Hipólito Reyes Larios aseguró que actualmente existe una sociedad que vive mucho la violencia y la muerte, pues no se cumplen a plenitud los 10 mandamientos.

“Por eso tenemos que pedir el auxilio del Espíritu Santo y la fuerza de la gracia, para que podamos realizarlo”.

Explicó que los mandamientos hablan del amor al prójimo, por lo que si los fieles aman y respetan a los hermanos, no se dañan ni ofenden; se puede lograr una sociedad pacífica.



Comentó que los mandamientos se deben exaltar y no debemos despreciarlos o denigrarlos, pues la cultura moderna trata de decir que eso es una imposición, cuando en realidad lo que se busca es que la sociedad viva en paz.

“Nosotros sabemos que una verdadera cultura es algo que cree la paz, la justicia y la unión de un pueblo, está en que se reconozca a Dios, en que cumplan sus mandamientos y en que se respete y ame al prójimo”.

Por otro lado, el Arzobispo comentó que el día 1 de noviembre se celebra a “Todos los Santos”, es decir, la santidad de Dios, del Padre, Hijo y Espíritu Santo; así como a la Iglesia; por ello, todos los que la integran están llamados a la santidad.



“Todos somos santos por el bautizo, pero todos somos conscientes de ser pecadores. Entonces, la Iglesia está compuesta de pecadores que aspiran a la santidad; solamente la Santísima Virgen y los Santos reconocidos, beatificados y canonizados son los que nos representan de esa manera”.

El día 2 es de los difuntos, se celebra a los familiares, amigos, papás y mamás que ya están en la presencia de Dios.

Dijo que los mexicanos están desechando el Halloween, que es algo peligroso y diabólico, para preservar nuestras fechas y tradiciones, pues hoy en día se habla más de las muerte, de las fiestas de “Todos Santos”, con altares, ofrendas, Catrinas y Catrines.



“Nosotros tenemos nuestras propias fiestas y al hablar de nuestros difuntos no solamente hablamos de su muerte, sino también de su presencia ante Dios y de su resurrección”.