Sufriendo 11 años de incertidumbre, Carlos se queda solo en búsqueda de sus 2 hijos

Desde hace más de 11 años, la incertidumbre es el pan de cada día de los familiares de personas desaparecidas. “Se te cierra el mundo cuando tus hijos no aparecen, nadie está preparado para algo como esto”; asevera Carlos Saldaña Grajales, padre biológico de Karla Nayeli y Jesús Alberto, dos jóvenes desaparecidos el 29 de noviembre del 2011, durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Los hermanos salieron a divertirse como cualquier joven de su edad sin saber que no iban a regresar a casa.

Karla Nayeli, a quien describe como muy solidaría y de buen corazón, desapareció junto con su hermano y 12 jovencitas más el mismo fin de semana. Lo último que se sabe de ellos fue que el 30 de noviembre de 2011 Karla, su hermano Jesús Alberto e Itzel Quintanilla abordaron un Peugeot modelo 2005 con número de serie VF39DXFX35S501362.

Seis meses después el mismo vehículo sería hallado en manos de un expolicía intermunicipal. Se sabe que habían sido invitadas a trabajar como edecanes a un evento en Actopan en donde les comentaron que acudiría “gente importante” de la política. Sus familias, 11 años más tarde, no han vuelto a saber de ellos.



Lo primero que Carlos hizo al ver que sus hijos no regresaban fue buscarlos con amigos, en la escuela, en lugares que ellos frecuentaban. No los encontró. En el 2011 el protocolo para reportar la desaparición de una persona era después de un plazo de 72 horas; tiempo de vital importancia para encontrar a los ausentes con vida.

“En ese tiempo a nosotros nos pasaron eternas esas 72 horas que son mortales, desesperantes. Anduvimos buscando en SEMEFOS, en hospitales, cárceles".

“Empecé a hacer presión con las autoridades, desgraciadamente nunca han hecho su trabajo".



Carlos comenzó el trabajo de búsqueda de sus hijos (que tienen diferentes apellidos) por su cuenta, tratando de exigirles a las autoridades que hagan su trabajo. “Es algo catastrófico, te revictimizan; que quién sabe en qué andaban metidos, que a lo mejor andaban en algo chueco o que probablemente se habían ido a vivir juntos y que después iban a aparecer por ahí y que la fregada… Es algo muy fuerte y no se vale".

“A pesar de que yo tuve la oportunidad de tener de frente al gobernador Duarte para pedirle el apoyo, desgraciadamente nunca nos ayudó. “Nomás te decían sí, pero no cuándo,” aseguró Saldaña.

Por otro lado, Cuitláhuac García se acercó a los colectivos de familiares de personas desaparecidas desde los inicios de su campaña, se comenzaron a realizar mesas de trabajo cada mes para agilizar los procesos de búsqueda y apoyo desde antes que tomara posesión como Gobernador. No obstante, con el paso del tiempo, se comenzaron a postergar; cada mes y medio, cada dos meses o tres, hasta que llegó la pandemia y se suspendieron por completo.



“Estamos buscando la manera de que haya otra vez esas mesas de trabajo, de que nos escuchen"

Después de años de esfuerzo y de sufrimiento, de ansiedad, de riesgos y de pérdidas, Carlos sigue luchando por encontrar a sus hijos. “Hemos corrido muchos riesgos para tener la información que nos puede llevar a encontrar a mis hijos y si no son mis hijos, vamos a encontrar a más gente,” afirmó. Lo que los familiares de personas desaparecidas piden en este momento a las autoridades es ser escuchadas. “Afortunadamente en esta administración hay mucho acercamiento entre el gobernador Cuitláhuac García y la fiscal Verónica Hernández. Ahora nosotros queremos que haya ese acercamiento igual pero con las familias, tenemos mucha información, ya sólo falta que nos escuchen”, añadió.

Saldaña aseguró que recientemente tuvo una junta con el departamento de desaparecidos de la Fiscalía del Estado de Veracruz con la promesa de que se revisarían cada una de las carpetas para darle el seguimiento necesario. “Es muy bueno eso, ahora solo esperamos que sí se haga… porque de qué sirve que nos digan que se va a hacer y al final no se hace nada".

Anteriormente no se realizaba un protocolo de identificación de cuerpos, todos iban a las fosas comunes


En administraciones pasadas, asegura Carlos, cuando encontraban un cuerpo no se informaba, no se realizaba un protocolo de identificación como queriendo ocultar lo que sucedía en el Estado. “Ellos iban, recogían el cuerpo y tenían instrucciones de mandarlo a las fosas comunes directamente". En la Dirección de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado de Veracruz no existe un registro, no existen fotografías de cuerpos, no hay datos comparativos de ADN para apoyar a las personas que tienen familiares desaparecidos.



Saldaña, como uno de los representantes de un colectivo de búsqueda de personas desaparecidas ha detectado diferentes anomalías en panteones como Palo Verde, de la ciudad de Xalapa.

“Después de años de trabajo, de investigación por parte de los familiares, tenemos varios casos señalados con anomalías, por lo que estamos pidiendo las exhumaciones de esos cuerpos para poderles dar identidad y hacer un comparativo con cada una de las personas que buscamos a un familiar desaparecido".

“Terminé solo por querer encontrar a mis hijos”



Con lagrimas en los ojos relató las dificultades por las que ha pasado a través de estos 11 años en la búsqueda de sus hijos. Aquel 29 de noviembre del 2011 no sólo perdió a dos personas que amaba, a lo largo del camino también ha perdido amigos y relaciones sentimentales y ha visto a familiares alejarse de él. “Terminé sólo; mi pareja me dejó porque andaba buscando a mis hijos. Por los riesgos que conlleva, la familia trata de alejarse para no ponerse en riesgo".

Ha sufrido hostigamiento laboral por trabajar en una dependencia de Gobierno y al mismo tiempo exigir a las autoridades que hagan su trabajo. “No estoy en contra del Gobierno, no. Estoy en contra de la corrupción que ha habido dentro del Gobierno, porque por eso mis hijos hoy no están,” concluyó.