Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Taxista del Puerto de Veracruz devuelve cartera con miles de dólares

Un extranjero la dejó olvidada en el taxi, pero el ruletero no le aceptó recompensa

Tere Arroyo/ Guadalupe Mar Veracruz, Ver. 26/01/2016

alcalorpolitico.com


Click para ver fotos
La pérdida de valores humanos, es a decir de algunos sectores de la población, uno de los factores que contribuyen a los problemas de inseguridad que se registran en el país, por ello actos de honestidad no son comunes en lo cotidiano, menos cuando se trata de altas cantidades de dinero.

Luis Saúl Chávez Guzmán, taxistas desde hace cuatro años en la empresa Taxis GL, es uno de los pocos ejemplos de honestidad que se pueden inculcar entre las nuevas generaciones, al haber encontrado y devuelto a su dueño una cartera con miles de dólares, un billete de 500 pesos y una serie de tarjetas bancarias que un pasajero dejó a bordo de su unidad del transporte público.

El usuario del taxi, de origen extranjero, jamás se dio cuenta dónde perdió la cartera repleta de dólares, el conductor tampoco, alguien le hizo de nueva cuenta la parada pero como eran las cuatro y media de la madrugada, “no le latió”, desconfió subir otro pasajero más.



¿En qué momento descubrió la cartera en el asiento de atrás del taxi que usted conducía?

- Luego de que no me latió subir a otro pasajero, miré hacia atrás y vi que estaba la cartera, llamé a la base y reporté, enseguida me marcó el cliente al que le dije que me permitiera regresar en 20 minutos, en lo que iba yo a dejar un pasaje, pero el hombre estaba desesperado y entonces traté de acercarme lo más rápido, cuando llegué le entregue su cartera, la revisó y me dijo ¿cómo te llamas?

Luis Saúl Chávez Guzmán, respondió el taxista al tiempo que el extranjero le interrogaba de nuevo sobre cuánto le debía por esa acción, “nada señor”, fue la respuesta del honesto taxista que entregó una cartera repleta de dólares y solo se recibió a cambio el pago de una carrera por haberle ido a dejar al cliente sus pertenencias extraviadas a bordo de su unidad.



¿Qué le dio, qué sintió para entregar una cartera con tanto dinero y que el dueño no sabía ni dónde la había perdido?

- Es que eso no era algo mío y no podía quedarme con él, mi mamá me lo inculcó, además yo no puedo ser feliz abusando de otro, para mí la felicidad es vivir tranquilo actuando de manera correcta- respondió mientras se frotaba las manos, un tanto nervioso ante las preguntas planteadas a este que como taxista labora de 12 a 15 horas diarias y a veces le va bien y a veces “no deja tanto”, pero que regresó un dinero que en su vida volverá a ver junto.

La idea de regresar una cartera ajena también tiene su origen según el entrevistado, en cambiar la percepción o idea que se tiene de que los taxistas de que “siempre andamos actuando mal, andamos por el mal camino”.



A cambio de su honesta acción, Luis Saúl Chávez Guzmán fue reconocido por sus pares, al recibir en una reunión nacional de taxistas un diploma que especifica que se le reconoce su honorabilidad. El diploma vino acompañado de una Tablet que utiliza en el interior del vehículo que conduce diariamente como trabajador del volante.

Antes de una cartera llena de dólares, el conductor de 53 años de edad, comenta -ya encarrerado en el tema-, que también han dejado olvidadas otros objetos; “hubo una ocasión que una joven se subió y después me percaté que atrás había dejado sus zapatillas, la verdad me sorprendí, pero las reporte a la base, las entregué y jamás las reclamaron, nunca comprendí

porque dejar unos zapatos y no reclamarlos”.

Del desconcierto, pasa a esbozar una sonrisa en su rostro y comenta que

lo que más olvidan los usuarios en su taxi, es la basura de lo que van comiendo o tomando “a cada rato tengo que revisar para tirarla”.

Ser taxista implica transportar personas, objetos y hasta difuntos, “todos los días se aprende algo diferente, hay gente muy amable y también agresiva, incluso una vez me solicitaron un servicio yo me sorprendí mucho, se trataba de llevar una urna que debía entregar a una agencia, la puse en el asiento de adelante, hasta le tomé una foto- comenta con una sonrisa- ahí la tengo en el celular para pasar a buscar rápidamente la imagen y mostrarla.

¿Y no le habló (el difunto)?, pregunta uno de sus compañeros que se encontraba durante la entrevista.



- Tenía miedo, iba platicando con él (con el contenido de la urna), sin querer uno va conversando, ya lo lleve, ya me pagaron el servicio. Si, lo más extraño es llevar una urna que contiene restos de un difunto como pasajero.

El ser taxista implica que a veces te vaya bien o mal durante una jornada de trabajo, dijo el entrevistado para explicar que también conlleva riesgos e inseguridad, sin embargo el conductor desarrolla una especie de sentido común que le indica cuando puede estar en riesgo su persona. “Una vez me solicitaron una corrida, el muchacho pidió que se le llevara a la Reserva III y ahí me dijo que me metiera al barrio y supe que iba a ser asaltado y le comenté, pero no voy aguantar un golpe y un susto, me percaté que son de los que lleven al taxista para que los asalten”.

El taxista comentó asombrado “yo creo que lo convencí, de que yo hice el alto de buena fe, porque vi en él un tipo serio, me dijo déjeme aquí, pero cuídese no entre a la colonia y me dejó. No sé a que se debió, yo le doy gracias a Dios”, concluyó Luis Saúl Chávez Guzmán, referente de sus compañeros taxistas, quienes comentan que tuvo tanto dinero en sus manos y lo regresó a su dueño.