Teocelo celebra la fiesta de su patrono del “Santo Entierro”

El color de los disfraces de los payasos de las comparsas, iluminaron las calles de Teocelo donde cientos de familias esperaban pacientemente el paso del cortejo que llevaba la imagen del Santo Entierro, que representa la imagen de Jesucristo en el Sepulcro.

La historia cuenta que esta imagen llegó de España, alrededor de 1480, un par de viejitos la traían; sin embargo, como pesaba mucho, la dejaron en una cueva llamada Chamamacla. Posteriormente unos señores la encontraron y le dijeron al padre José María López, que había un Cristo muy grande, por lo que decidieron llevarlo a la iglesia de Teocelo.

Sin lugar a dudas, el fervor del pueblo de Teocelo, se expresa en esta, que es una de las dos fiestas más importantes del año, y que empieza a partir del 20 de enero con la novena del Santo Entierro por las casas que lo quieren recibir. Así la fiesta se celebra el último domingo del mes de enero.

Durante la tradicional bajada del arco, la tarde del sábado, la imagen del Santo Entierro salió de la Parroquia de la Asención de Nuestra Señora, acompañado de la imagen de La Dolorosa. Cabe destacar que tanto la urna como la imagen, fueron restauradas, debido a que el paso del tiempo ha hecho merma en ellos. La restauración es una forma de evitar su desgaste.

"La fiesta más grande es el 14 de agosto que es la Asunción de la Virgen, pero hoy celebramos a Santo Entierro de Cristo, una imagen española encontrada en la comunidad de Texin, trasladada a esta cabecera municipal", declaró el alcalde de Teocelo, Cristian Horacio Teczon Vicco.

Destacó que este municipio se ha caracterizado por su turismo religioso, ya que cuentan con un templo benedictino y cada semana se realizan misas de sanación visitadas por gente de todo el estado.

“Es muy importante rescatar y apuntalar esta tradiciones; una de las grandes tareas ha sido erradicar el alcoholismo, el uso de bebidas embriagantes, el uso incluso de pirotecnia en algunas ocasiones que no estén controladas. El toque que le estamos dando es resaltar la gran cultura, tradiciones y mantener una correspondencia ecológica que tienen que ver con estas festividades”.

Las imágenes del Santo Entierro y de La Dolorosa, recorrieron las calles 5 de Mayo y Rubén Darío, para asistir a la o principales del pueblo, para la tradicional caminata hacia lo que se conoce como “El Calvario”, donde año con año, se elabora el arco floral como una ofrenda realizada por los fieles para agradecer la protección del patrono.

Con 16 metros de alto por 3.5 metros de largo, tiene un peso de dos toneladas, para el que se necesitan alrededor de 100 hombres para cargarlo y trasladarlo hacia la Parroquia de La Asunción.

En “el Calvario”, se llevó a cabo una celebración eucarística y después de bendecir el arco, inició su camino hacia la puerta de la iglesia donde quedaría colocado.

Ni la lluvia ni el frío, mermaron el espíritu y ánimo de los cientos de personas que ansiosos aguardaban el paso del arco floral por las calles. Las imágenes se cubrieron con plásticos para que no se mojaran y los payasos bailaban alegres al ritmo de los músicos que los acompañaban.

“Es la primera vez que viene una comparsa de mujeres, de diferentes edades, para ofrecérsela al Santo Entierro; hay niñas de 13 años hasta mujeres como yo de 60 años. Un motivo personal es para mostrarles a los jóvenes y a la sociedad que se pueden divertir sin alcohol. También como una manda, para pedir algo a nuestro santo que es muy milagroso. Esta tradición tiene muchos años, muchas comparsas vienen agradeciendo a Dios un milagro o pedirle algo”, señaló Nelly Zavaleta Martínez, quien se disfrazó de payasita.

Sin embargo, no sólo iban disfrazados de payasos, sino también de otras cosas como botellas, changos, piedras, una carreta de café, luchadores, turistas, Spiderman, incluso el tan polémico personaje “Anonymus”, se hicieron presentes para desfilar bajo la pertinaz lluvia que cayó sobre Teocelo la tarde del sábado.

Sobre los hombros de los hombres que con devoción soportaban las inclemencias del tiempo, poco a poco el arco llegaba a la Parroquia de la Asunción.

El camino no era fácil, ya que por momentos debían parar para acomodarse y balancear la carga. Finalmente en la calle 5 de Mayo, justo enfrente del Palacio Municipal, se le dio vuelta al arco floral para que entrara tal y como se iba a colocar en la puerta principal, con la cruz primero. Proceso que no duró mucho tiempo, ya que todos hacían las cosas al mismo tiempo.

“Yo lo hago por un favor que me va a hacer, es una tradición viejísima, representa algo simbólico, religioso para uno y una tradición del pueblo”, señaló Rocío Hernández, la única mujer que cargó el arco durante su trayecto.

Niños, abuelos, jóvenes, todos asombrados admiraron el trayecto del arco por todo el pueblo. Soldados y guardias estatales vigilaban las calles y no faltó el payasito incómodo que ya un poco pasado de copas intentara causar estragos. Sin embargo, las autoridades actuaban de inmediato para controlar la situación.

Minutos antes de las 8 de la noche, el arco llegó al atrio de la parroquia. Ahí, gracias al esfuerzo, tenacidad y sincronización de quienes se encargaron de jalarlo con cuerdas desde lo alto del templo, finalmente fue colocado en la puerta principal.

Desde ayer, se puede admirar esta hermosa ofrenda elaborada a lo largo de una semana con flores tradicionales como la cucharilla, que representan no sólo la fe y esperanza de un pueblo, sino el amor a la tradición de varias generaciones.