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Sección: Estado de Veracruz

Tlacotalpan adapta su tradición: entre ebrios y correteos, evitan violencia contra toros

- El embalse y la suelta de toros por las fiestas de La Candelaria transcurrieron en completa calma

- Fuerza Civil retiró a quienes maltrataran a los animales; tlacotalpeños ayudaron a cuidarlos

Cinthia Z??iga Tlacotalpan, Ver. 01/02/2018

alcalorpolitico.com

En esta edición de las fiestas de La Candelaria, los tlacotlapeños cambiaron su esquema de festejo en lo que corresponde al trato a los animales, ya que tanto el embalse como la suelta de toros transcurrieron en completa calma.

La suelta inició a las 13:00 horas, cuando los cebús fueron trepados a una panga para atravesar el río Papaloapan, con esto se evitó exponer a los animales al ahogamiento y cansancio, ya que anteriormente eran obligados a cruzar el afluente nadando.

Nerviosos y visiblemente alterados, los bovinos fueron trasladados al pasillo donde inició la suelta, recorrido en el que durante dos horas fueron toreados por los visitantes.



Aunque hubo algunos desafortunados que sucumbieron ante los toros, como fue el caso de tres personas que cayeron a la orilla del río empujados por los animales, se registró saldo blanco.

Al salir al Malecón y avenidas principales de esta cabecera, los toros fueron escoltados por vaqueros, quienes a caballo vigilaban que los turistas no los golpearan.

Quien fuera sorprendido jalándoles la cola o golpeándolos con objetos, manos o piernas se hacía acreedor a un apercibimiento por parte de los elementos a caballo de la Fuerza Civil, quienes le solicitaban a la persona que se retirara.



Entre la adrenalina, alcohol y terror, los tlacotalpeños y turistas corretearon a los toros sin soltar la cerveza o cualquier otra bebida que llevaran en las manos.

Pese a la nobleza de los animales, los imponentes toros con sus inesperadas reacciones lograron asustar a decenas de asistentes y aunque hubo quienes resultaron con pisotones en los pies y empujones por parte de los animales, no hubo heridos de gravedad.

Incluso en dos ocasiones los toros salieron del ruedo, pues aprovechaban la apertura de las cercas metálicas y corrían para huir, siendo controlados por los vaqueros.



Alrededor de las 15:00 horas, cuando sólo quedaban tres toros sueltos, los tlacotalpeños les dieron agua en botellas cortadas para mitigar su sed y cansancio; evitando que extraños los golpearan. Luego de un descanso los semovientes fueron retirados del sitio.

Posterior a la suelta, los visitantes continuaron la fiesta bebiendo y bailando al son de las cumbias, salsa y reggaetón; bajándose con cerveza y marquesitas la euforia de ser perseguidos por un toro.