Ir a Menú

Ir a Contenido

Universidad Anahuac

Sección: Estado de Veracruz

Todos tenemos parte de responsabilidad en la violencia vivida en México: Sacerdote Helkyn

El vocero de la Diócesis de Orizaba dijo que es momento de sembrar la semilla de la verdad, bondad, justicia en la sociedad

Miryam Rodr?guez Hern?ndez Orizaba, Ver. 25/10/2015

alcalorpolitico.com

En la situación de violencia institucionalizada y de corrupción que se vive en México, todos de manera activa o pasiva hemos tenido responsabilidad, aseguró el vocero de la Diócesis de Orizaba, sacerdote Helkyn Enríquez Báez, quien agregó que aún y con todo esto, el país tiene esperanza en Dios.

En este sentido hizo mención de lo que la palabra de Dios da a conocer en el caso de Israel el cual fue un pueblo desobediente, y tuvo que soportar el destierro, la esclavitud, la experiencia de sentirse incluso abandonados por Dios y fueron sometidos a violencia de muchos tipos.

“Esto fue consecuencia de su infidelidad, de no escuchar la conciencia que llama a hacer el bien y evitar el mal. Fruto de la corrupción del pueblo se vino su autodestrucción, algo similar a lo que pasa en nuestro país, la violencia institucionalizada, la corrupción estructurada es fruto de nuestra participación, todos de modo activo o pasivo hemos sido responsables y ante este panorama el profeta Jeremías y el salmista tienen un mensaje de esperanza que habla de reconstrucción y renovación”.



Este mensaje esperanzador, dijo, que aún y cuando se dio hace muchos años, su vigencia no la ha perdido “creo que ahora que estamos sintiéndonos preocupados por diversas situaciones, es tiempo de que empecemos a sembrar en nuestra sociedad las semillas de la verdad, bondad, justicia, reconciliación, discreción, prudencia”.

El sacerdote enfatizó al decir que estas semillas no germinarán de un día a otro, ni en el tiempo en que el hombre lo creer, pero lo cierto es que darán fruto y será bueno.

Otro ejemplo que citó y que dijo todos debería seguir, es el del ciego Bartimeo cuando se encontró con Jesús, quien dejó la soberbia atrás, ya no pensó que él podría solo resolver su vida, sino que entendió su necesidad de Dios “tenemos que ponernos fuera de las zonas de confort y dejar de hacer siempre lo mismo”.



Finalmente apuntó que se trata de que todo vivíamos de una forma diferente, es decir poner en práctica lo que se ha creído, y promover la vida cristiana que trae de la mano hacer el bien, profesar el amor, buscar la justicia, ser misericordioso y sobre todo creer en Dios.