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Sección: V?a Correo Electr?nico

Totalitarismo y dictaduras en México ¡NO!

Admite que las cosas están cambiando, falta, pero hay mayor libertad y competencia electoral, análisis y críticas

03/03/2011

alcalorpolitico.com

Señor Director de Al Calor Político:

De considerar de interés estas líneas, publicarla en su prestigiado portal. Gracias.


Al escuchar el término totalitarismo, lo primero que nos viene a la mente es la existencia de un hombre en el poder, designado o llamado presidente o jefe supremo y que posee poderes prácticamente ilimitados.

Usted podrá encontrar un sin número de definiciones acerca de lo que es un régimen totalitario, pero para tener una idea de este concepto, podremos decir que es aquel en el que su estructura política e ideológica se encuentra controlada por el estado en manos de un personaje exaltado con poder ilimitado en la que sus decisiones son imperativas para el gobierno de un pueblo o nación, sin importar las violaciones a los derechos humanos, la libertad y dignidad de todo ser.

Lo anterior viene a colación por que hoy en día, hemos visto un gran cantidad de fenómenos sociales por diferentes medios, que buscan liberarse de este tipo de regimenes totalitarios y dictatoriales, tal y como lo que está sucediendo en países del medio oriente y norte de África, quienes sus ciudadanos han salido a las calles a manifestar un descontento enérgico en contra de sus autoridades que por años se han anquilosado en el poder, deteniendo y evitando todo rasgo o tinte que tenga que ver con libertad y la democracia de un pueblo.

Este tipo de regímenes que aún persisten en el plano mundial, están siendo poco a poco aborrecidos por las nuevas corrientes de jóvenes e intelectuales que buscan una alternativa de cambio, en donde se acabe la represión política y económica, en donde se respete vivir dignamente brindando educación, salud, empleo, respeto a la integridad física y psicológica, donde haya libertad de expresión, religión, de tránsito y muchas más.

Como usted sabrá, México vivió un episodio dictatorial, cuyo mando y poder lo concentró el controvertido General, Porfirio Díaz, régimen entre 1876 – 1911 donde por medio de la represión política y militar sofocó a todos aquellos grupos que se oponían al régimen y criticaban su actuar, dando origen a la famosa frase conocida hasta hoy de “mátalos en caliente”.

Por supuesto que México no debe retroceder ante los hechos que han pasado a la historia, ni tampoco disfrazar regímenes autoritarios o partidistas en manos de grupos oligárquicos y decirse que son democráticos.

Mario Vargas Llosa, hoy premio Nóbel de Literatura en su momento pronunció aquella frase que causó revuelo en los círculos del poder, “México es una dictadura perfecta” en virtud de que por años, no había llegado al poder un partido diverso al conocido por todos, posterior a la Revolución Mexicana.

Hoy, cuando las circunstancias socio políticas y económicas son diferentes y los partidos políticos luchan por alcanzar y permanecer en el poder, se ha percibido que las cosas están cambiando, tal vez aún falta pero, ya podemos ver mayor libertad y competencia electoral, análisis y críticas al gobierno en el poder, mayor libertad de expresión y escuchar que la sociedad mexicana, clama día a día, por un nuevo sistema de vida y de gobierno, donde se dé una verdadera rendición de cuentas y un alto a la corrupción, además, se puede percibir que, independientemente del partido quien llegue o esté en el poder, la sociedad ha detestado las formas y patrones tradicionales que se usaban para gobernar años atrás. Por ello mismo, es indispensable que se fortalezca un nuevo modelo de vida democrático y no esperar que se generen movimientos sociales que manifiesten la ineficiencia y corrupción de sus gobernantes.

Así las cosas, podemos decir que toda nueva tarea, deberá de empezar no únicamente desde la cúspide, sino buscar los cambios en las células municipales del poder, en los estados de la federación y acabar con todas aquellas inercias viejas de control y poder, que aún escasas, sobreviven en nuestro tiempo y aplicar las nuevas políticas de gobierno y justicia que se necesitan para el bienestar de los ciudadanos y de la nación. No lo cree así.

Ángel de J. Garrido