Totonacas celebran ceremonia de “Corona de Espinas” previo a 18 edición de Cumbre Tajín

Como cada año, el Consejo Supremo Tradicional Totonaca, realizó la tradicional ceremonia de “Corona de Espinas”, esto previo a la décimo octava edición de Cumbre Tajín.

Las instalaciones del parque temático Takilhsukut, fueron sede de este importante evento, la cual fue realizada por primera vez en el año 1939, por 12 sacerdotes de la congregación de El Tajín, donde estuvo presente Juan Simbrón Méndez, jefe Supremo Totonaca, cuando apenas tenía 23 años.

Durante esta celebración se resalta la fuerza viva de la cosmovisión totonaca, con expresiones artísticas que se traducen en movimientos, colores, imágenes, sonidos, luces, sombras que muestran y enseñan a mirar el sentir de la riqueza espiritual que los totonacas tienen del mundo.



En dicha ceremonia, se mostró la visión del mundo y sus orígenes a través de la ceremonia ritual “Lilakgapaxtokgan”, que viene a ser un circulo de protección divina, donde los abuelos ofrecen una promesa en su mesa divina, siendo una ofrenda de flores, alimento, incienso, agua bendita, todo en la dulce lengua Totonaca.

En la mesa divina de la creación (Putláwan) se coloca la corona de espinas, que es el acto supremo del poder de Chichiní-sol, ámbito en el que cobra sentido la vida con lo creado, que es su movimiento, transcurso, continuidad y protección, posteriormente se enciende 24 velas y 24 estrellas protectoras, que hacen la unión del cielo con la tierra, los cuatro elementos y los cuatro rumbos horizontales y su eje vertical, formando la unidad “el cosmos”.

Durante este evento se pide por el bienestar, tranquilidad, no violencia, no egoísmo y protección divina, ya que esta está cargada de simbolismos y concepciones de la religión prehispánica y del cristianismo, siendo una expresión viva de ritos propiciatorios, invocaciones, ofrendas, mandas y despensas con el propósito de bajar la protección, gracia, bondades y bienestar de los dioses, dueños y señores de las cosas con los que los totonacas conviven en su naturaleza.