La totalidad de elementos de la Policía Municipal que estuvieron concentrados en Xalapa, incluido el director municipal de Seguridad Pública, Delfino Martínez de la Cruz, regresaron a sus puestos.
Sin previo aviso y cuando estaba por efectuarse el cambio de turno, el pasado jueves 6 de julio por la mañana los 47 elementos fueron trasladados en un camión de redilas a la ciudad de Xalapa.
Días después, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, confirmó que se les realizaron exámenes de control y confianza pero descartó que algunos estuvieran relacionados con el crimen organizado.
Bajo reserva de nombre, 3 de los uniformados coincidieron en que a todos se les hicieron distintos exámenes y posteriormente se les indicó que los regresarían a Álamo, pero los retuvieron otro día debido a que a 8 de ellos se les repitió la prueba del polígrafo ya que “los resultados no estaban muy claros”.
Finalmente, todos fueron subidos a un camión y regresaron a este municipio, ocupando sus puestos de nuevo si ningún cambio, pero se quejaron por “malos tratos” durante el trayecto inicial de Álamo a Xalapa, además de “falta de atención” de la alcaldesa alamense, la morenista Blanca Lilia Arrieta Pardo.
“El día que nos llevaron (6 de julio) nos agarraron a todos por sorpresa. Los que estábamos terminando el turno ya nos íbamos a ir a descansar, pero junto con los que apenas iban entrando al turno nos subieron a un camión.
“Eran los de la Fuerza Civil y también estaban militares en La comandancia. Al subirnos (al camión de redilas) nos trataron como si fuéramos delincuentes. Hasta nos empujaban y nos decían groserías.
“Ahí estaba la presidenta municipal (Blanca Lilia Arrieta). Ella nos entregó. Ella ya sabía. Pero cuando nos regresaron, también en un camión, ella no estuvo cuando llegamos a la base y ni siquiera ha tenido la atención de preguntarnos cómo nos fue o qué necesitamos. De plano nos abandonó”, reprochó uno de los elementos.
“Entre los compañeros hay unos de la tercera edad ya muy grandes, pero ni a ellos se les tuvo consideración. En Xalapa nos trataron bien, ningún mal trato y nos pudimos comunicar con la familia para que no se preocuparan. Pero no llevábamos ni pasta de dientes.
“Los exámenes están bien porque así sabemos cómo andamos, pero que no agarren parejo. Si hubiera compañeros que andan mal deberían hacer otro tipo de investigación, pero que no hagan parecer que todos andamos mal”, recalcó.