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Sección: Estado de Veracruz

Trump contra México: ¿Goliat contra David: 2017?

- En tiempos de la globalidad y a menos de una semana de Presidente en funciones, Trump receta dos bofetadas a México

- También nos receta la letra de una canción que conocemos muy bien: “Mi palabra es la Ley”

V?ctor A. Arredondo 26/01/2017

alcalorpolitico.com

A menos de una semana de rendir protesta como el Presidente # 45 de Estados Unidos, Trump ratifica de qué está hecho y cómo va a gobernar: con prepotencia, autoritarismo y desdén hacia el resto del mundo. Pero no nos confundamos, no es una confrontación entre Estados Unidos y México. Será una batalla entre la gente pensante de ambos países contra la irracionalidad de una figura gubernamental que representa a la mayor potencia económica y militar del planeta.

La bofetada del muro –él lo construirá y los mexicanos lo pagaremos– no sólo es una afrenta a nuestra dignidad nacional, es un acto que destruye los preceptos mismos en que se ha basado el proceso de globalización: el entendimiento mutuo, la confianza y respeto recíprocos, la negociación bilateral, la colaboración y las alianzas estratégicas para ganar-ganar. Él nos dice lo que hay que hacer, nos lo impone y nos expone frente al mundo como una nación doblegada. Aún no inicia el diálogo bilateral con nuestros “negociadores” y nos ridiculiza reiterando frente a todos que esa agresión: “Es por nuestro bien, así nos irá mejor”. Ese es nuestro castigo por ser sus vecinos.

La segunda bofetada, la amenaza convertida ya en iniciativa presidencial “legal” de sacar a los migrantes ilegales delincuentes nos regresa a las etapas de la vida más oscuras de la humanidad. Ahora la apariencia física y las raíces genéticas serán elemento suficiente para la sospecha, la persecución y la expulsión. La integridad de las familias, los derechos humanos, el concepto mínimo de civilidad no le importan. Es la trágica remembranza de que un segmento de la población puede ser avasallado por pertenecer a una raza prohibida. Y la bofetada no es sólo para nuestros connacionales, también para aquellos gobiernos de condados y ciudades de Estados Unidos que no coincidan con su actuación discriminatoria. Ellos también serán objeto de castigo.



La reacción y actuación del gobierno mexicano está siendo observada por todo el mundo: ¿Actuaremos con dignidad o nos doblegaremos? Hace 25 años, en tiempos de su apertura económica internacional, México decidió buscar una alianza trilateral con los dos países vecinos del norte. Y esto lo hizo ante la mirada perpleja del resto del continente americano. Eso fue definido en su momento como una acción audaz. La implosión de la Unión Soviética abría las condiciones para que las economías fuertes de Europa dieran prioridad a su asociación comercial con los países de toda esa región. Nuestras incipientes relaciones con Asia no daban espacio para una rápida maniobra. Fue así, que con el tratado trilateral de libre comercio, México sin pretenderlo mandó un mensaje de gran costo ante América Latina: Una preferencia evidente hacia el norte. Con el desprecio que hoy Trump muestra abiertamente hacia nuestra alianza comercial, México se observa como el perro que perdió las dos tortas.

La percepción de México ante el mundo como país sometido por la fuerza, merece una respuesta nacional basada en la dignidad y en la inteligencia. En lo económico, debemos fortalecer nuestra producción y nuestro mercado y consumo internos.

También tendremos que diversificar más rápidamente nuestras relaciones económicas.

En lo político, requerimos de un liderazgo nacional que logre enfrentar al gigante Goliat. Nos urge retomar la figura de Gandhi, quien con su pequeña estatura física, su enorme calidad humana, fuerza intelectual y liderazgo social, supo como vencer en su momento al imperio inglés. Le pegó donde más le dolió: en su economía. India boicoteó la compra de textiles y demás productos ingleses. ¿No es suficientemente poderoso un consumo nacional selectivo entre los 120 millones de mexicanos, más los 37 millones de connacionales en Estados Unidos, más los aliados de ese país que se sumen a nuestra causa? Las redes sociales son nuestra arma más poderosa para actuar y mostrarle a Trump que su personalidad prepotente, autoritaria y discriminatoria no tiene cabida en el Siglo XXI y que su palabra no es la ley.